El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha defendido que los malos resultados obtenidos por el PSOE en las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo se debieron a haber planteado la llamada a las urnas en clave nacional. El socialista ha deslizado la responsabilidad del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el golpe acusado por su partido, provocando que «muchos alcaldes y presidentes se han llevado una bofetada que no iba para ellos».
En una entrevista en el diario El Mundo, el barón socialista ha rechazado cualquier tipo de protagonismo en esta nueva etapa que se abre en el partido y ha vuelto a poner el foco sobre Sánchez y no sobre los presidentes y alcaldes a causa de la pérdida de poder autonómico y local.
«Hay una consideración casi unánime de que en estas elecciones la ciudadanía ha usado de carteros a los alcaldes y a los presidentes autonómicos para un mensaje que no iba para ellos. Eso te deja una sensación muy contradictoria. Yo creo que la inmensa mayoría de la gente que ha perdido el cargo sigue siendo querida en su pueblo, o en su ciudad o en su región. Lo que sucede es que esta vez pesa tanto la dinámica nacional que se pervierte el debate y el resultado», ha resaltado.
Además, ha defendido que las elecciones anticipadas del 23 de julio no deben leerse como una carrera de propuestas –pues sería un diagnóstico equivocado– sino que los electores escogerán a sus candidatos según a quién vetar, algo que podría pesar sobre su partido por los pactos con los «socios radicales» que han acompañado a su grupo parlamentario en el Congreso; aunque a él no le ha golpeado por haber mantenido una política dirigida a todos los sectores y no apelando a los bloques.
No atacar a Feijóo
García-Page no comparte la estrategia de su partido de equiparar a PP y Vox. El barón socialista ya ha defendido en otras ocasiones que los planes de cara a las elecciones no pueden pasar por ataques personales al presidente popular, Alberto Núñez Feijóo, pues provocaría que su partido dejara de hablar sobre «cuáles de las 30 políticas más importantes están en juego si gana la alternativa».
«La gente sabe latín, no se deja engañar así como así ni se deja llevar por las entrañas. Es verdad que el PP apela a las entrañas con el tema de Bildu y otras cosas. Pero contestar con otra apelación a las entrañas a lo único que nos lleva es a una campaña nada entrañable», ha defendido.
El gran vencedor en estos comicios –único presidente socialista en alcanzar la absoluta para revalidar el cargo el 28-M– ha rechazado que en el 23-J vaya a desincentivar la participación por el calor al haber «aire acondicionado» en todos lados y ha deslizado que la llamada a las urnas es el principio del final de Podemos: «La convocatoria es una expulsión de Podemos. Porque no van a sacar nada. De alguna manera equivale a ponerles fecha de caducidad». No se ha referido a Sumar y a Yolanda Díaz durante la conversación.
El presidente autonómico se ha descartado, al menos de momento, para dar un salto a la política nacional de la mano de la Secretaría General de su partido si Sánchez termina abandonado el cargo. No ha querido valorar esta posibilidad y ha deseado la mejor de las suertes a un partido que se la juega a todo en menos de 50 días.
