Cuando el portavoz de la Ejecutiva, Felipe Sicilia, aseguró este lunes que «a día de hoy, no hay ni una sola razón para que la directora del CNI no esté en su puesto», ya sabía que su destitución era cuestión de horas. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se lo transmitió a toda la Ejecutiva Federal del PSOE, reunida el lunes en Ferraz.
«Esta misma semana tomaré medidas«, fue la expresión que el secretario general del PSOE usó durante su intervención según fuentes allí presentes. La plana mayor del partido ya sabía que «esta semana» era sinónimo de «mañana», ya que una decisión como el cese de la directora del CNI sólo la puede tomar el Consejo de Ministros.
La decisión de destituir a Esteban, que ya llevaba varios días barruntándose, se tomó la semana pasada. La Moncloa ya tenía decido el cese y así se lo transmitió Sánchez a algunas de las personas más cercanas. Aún así, se esperó a que llegase a la Comisión de Secretos Oficiales, mostrase las actas demostrando que el CNI actuó de acuerdo a la legalidad y se aguardó hasta la reunión ministerial del martes para aprobar su destitución.
ERC vuelve al redil
En el PSOE advierten que «nunca se han roto las negociaciones con ERC«. Ni siquiera en los momentos más duros en los que Gabriel Rufián amagaba con el final de la legislatura. En Ferraz afirman que el hilo directo entre ambos se ha mantenido para negociar leyes que llegarán en las próximas semanas al Congreso, como la modificación de la conocida como «ley mordaza» o «la de memoria democrática».
Lo que todos asumen es que la destitución de Esteban acaba por blindar a Margarita Robles. «Es más probable que caiga un meteorito a que Robles dimita«, dicen en privado los socios del Gobierno quienes aplazan, al menos de momento, la petición de cese de la ministra de Defensa y valora de «manera positiva» la disponibilidad del Gobierno a desclasificar documentos relativos al espionaje si lo pide un juez.
El termómetro del jueves
Aunque la prueba más evidente de la «distensión» se vivía este miércoles cuando ERC valoraba retirar el veto a la Ley de Seguridad Nacional que llega este jueves al Congreso. La norma, que será defendida por Félix Bolaños, será un buen termómetro para calibrar si los de Rufián aceptan otro acercamiento al Gobierno o se mantienen desafiantes.
Los puentes con el PP, que valoraba apoyar la norma, se acabaron de volar este miércoles cuando la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, la emprendía de nuevo contra los populares. La número dos del partido respondía de forma virulenta al nuevo líder de la oposición: «El partido de Feijóo obstaculizó, incluso destruyendo ordenadores a martillazos. Eso sí es humillar a las instituciones».
