Pedro Sánchez participó este sábado en el Comité Federal del PSOE para efectuar un repaso a la actualidad nacional e internacional. En esa amalgama de asuntos destacaba la moción de censura propuesta por Vox, que se debatirá desde este próximo martes, con Ramón Tamames como ponente. Pues bien, en su intervención, el presidente del Gobierno ha entrado ya en campaña. Ha alegado que Santiago Abascal «no quiere dar la cara» y, por eso, ha presentado a un «candidato interpuesto», en referencia al ex dirigente del Partido Comunista y economista.
Además, ha destinado también ataques hacia el Partido Popular. En su opinión, Alberto Núñez Fejióo «se ha acercado a Vox». «El proyecto de Feijóo pasa por reeditar gobiernos de coalición con la ultraderecha allá donde sumen, y esto es evidente», ha señalado antes de dejar esta proclama: «De la colisión en tiempos de (Pablo) Casado a la colusión en tiempos de Feijóo». Y ha querido subrayar el duro discurso contra Abascal que realizó en 2020 el entonces presidente del PP, en la primera moción de censura presentada por Vox contra Sánchez.
Había generado una gran expectación en el seno socialista la comparecencia del titular de la Moncloa. Sin embargo, esa actitud no ha contagiado a todos los integrantes del partido. Ni siquiera se ha extendido a todos sus ‘barones’ territoriales. Se ha confirmado que los presidentes autonómicos Ximo Puig, Emiliano García-Page y Javier Lambán, los dirigentes regionales más críticos con la gestión del Ejecutivo, han rehusado acudir a escuchar a su líder. Y no es baladí, pues en esta fecha se han ratificado las listas de la formación de cara a las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.
La realidad es que todos tenían actos programados para este día, pero ninguno de ellos ha contemplado la posibilidad de dar prioridad a este evento en el que ha participado Sánchez. La distancia ideológica que les separa, que se ha remarcado con el paso de los años de la turbulenta legislatura con Unidas Podemos, ha terminado por separarles físicamente también. La división entre el ‘sanchismo‘ y las facciones que no comparten su visión territorial de España se han solidificado en este año de especial trascendencia, que concluirá, previsiblemente, con unas elecciones generales.
