La secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, ha retado a la parte socialista del Gobierno a negociar ya los presupuestos de 2023 y avanzar «con valentía» en lo importante, al mostrar su preocupación por que estas negociaciones estén «tan atascadas».
Durante su intervención ante el Consejo Ciudadano Estatal, la líder de la formación morada se ha dirigido a sus socios socialistas para insistir en que hay problemas «que no pueden esperar más» ante una crisis energética muy profunda porque «la gente no quiere ni puede esperar más».
«Es hora de gobernar sin miedo y sin pedir permiso a los que mandan sin presentarse a las elecciones», ha advertido Belarra recordando al Gobierno que las medidas que defiende Podemos se acaban imponiendo «no sé cuantos meses después» por las reticencias del PSOE, y por eso le ha urgido a pisar el acelerador.
De esta manera, ha vuelto a exigir «topar» las hipotecas variables a un máximo de euribor más el 0,1 %, recuperar la medida de congelación de los alquileres y ha planteado también una reforma fiscal «más justa», con nuevos impuestos a «esos gigantes empresariales que se han hecho de oro con esta situación».
También ha querido volver a marcar la distancia abismal que separa a Podemos del PSOE respecto de la guerra en Ucrania al dejar claro que ellos no están dispuestos a «sacrificar a la gente en masa» por la decisión de Vladímir Putin de invadir ese país y por una política europea subordinada a la OTAN.
En este sentido ha reclamado poner todos los esfuerzos para acabar con la guerra, de la que los principales ganadores son «la industria armamentista, Putin y Estados Unidos que se ha convertido en el máximo exportador de gas licuado».
La guerra «es una ruina para todo el mundo», ha subrayado Belarra al asegurar que la «única medida eficaz» para acabar con la crisis energética y frenar la inflación es parar el conflicto, un posicionamiento que ha reiterado después de que este jueves se abstuvieran en la votación sobre el ingreso de Suecia y Finlandia en la Alianza Atlántica.
