El jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, visitará Cataluña dos veces en menos de tres días. Este viernes clausurará el Círculo de Economía en Barcelona, después volverá a Madrid y el lunes retornará a la ciudad condal para participar en un acto que contará con la presencia de 300 representantes de la sociedad civil y en el que defenderá su apuesta por la concordia en Cataluña y la aprobación de los indultos a los líderes del procés.
El lunes está marcado en rojo en el calendario de Moncloa. Sánchez, que ha visto reforzada su postura sobre la medida gracia tras el espaldarzo de empresarios y obispos catalanes, expondrá ante los asistentes al evento que acogerá el Liceo una conferencia con el título de «Reencuentro. Un proyecto de futuro para toda España» en la que explicará las razones que han llevado al Ejecutivo a aceptar los indultos. El Congreso tendrá que esperar al 7 de julio, dentro de dos semanas, para escuchar las explicaciones del presidente.
La decisión sobre esta medida de gracia podría hacerse efectiva de forma inmediata. El Gobierno quiere aprovechar la ola de apoyos de los últimos días para llevar la medida de gracia al próximo Consejo de Ministros y despejar, así, una medida incómoda para parte del electorado socialista y «pasar página» con el independentismo para atar su apoyo en el Congreso. «Hay que reconstruir puentes y restaurar heridas», repite machaconamente el Ejecutivo para justificar el indulto.
«Todo el mundo suma, nadie sobra», ha dicho este viernes María Jesús Montero en una entrevista en Canal Sur en alusión al respaldo de empresarios y obispos catalanes. Sin embargo, Montero se resiste a poner fecha a la aprobación de la medida de gracia, aunque matiza que será «pronto». Como ya avanzó a principios de semana Carmen Calvo, el Ministerio de Justicia se encuentra perfilando los expedientes de cada uno de los presos para «sustanciar», según Montero, los escritos para que cumplan los requisitos y no puedan ser tumbados por el Supremo.
Empresarios y obispos
Tanto desde CEOE como desde el Círculo de Economía, que agrupa a los principales empresarios catalanes, la medida de gracia se ve como algo que puede contribuir a la normalización de la situación política en Cataluña y el resto de España.
No sorprendió tanto la postura de los empresarios catalanes como la del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, quien sembró ayer la polémica al afirmar a primera hora de la mañana que «si la concesión de los indultos a los presos del procés puede contribuir a que las cosas se normalicen, bienvenido sea». Más tarde, Garamendi matizó sus palabras, aunque para entonces su mensaje había calado y el Gobierno sacaba provecho de la tibieza de su postura.
Tampoco hubo sorpresas en el posicionamiento de los obispos catalanes, quienes se mostraron «convencidos» de la fuerza que tiene el diálogo y las medidas de gracia en todas las «situaciones de conflicto». No es la primera vez que los prelados catalanes se pronuncian a favor de los presos independentistas.
