Inicio Colombia Turismo creativo en tiempos de paz

Turismo creativo en tiempos de paz

Leyendo a Sergio Molina** y su bella concepción sobre turismo creativo, surgió en mí la necesidad de reflexionar sobre este concepto para una Colombia que debe reinventarse, proponer nuevos modelos.

Una Colombia con un territorio que se asoma a nuestros ojos citadinos, como casi intocado, reluciente y propicio para el turismo. Pero ¿cuál va a ser la apuesta de nuestro futuro gobernante?, ¿será un turismo enmarcado en el modelo de un turismo industrial que requiere grandes recursos en infraestructura, educación y capacitación, financiación a iniciativas privadas, encaminado a una alta concentración de beneficios económicos y que requiere una gran promoción nacional e internacional?

Este modelo ha demostrado ser altamente depredador: propicia el desplazamiento de las comunidades, desconoce los saberes locales, escenifica su cultura, promueve la desigualdad social y tiende a herir de muerte los ecosistemas naturales. Construir nuevos modelos de planificación y gestión del turismo, implica tiempo y un esfuerzo adicional.

Sin embargo, vale la pena detenerse un poco y reflexionar sobre un país que apenas se asoma al turismo, sector que se vislumbra como propicio para promover un desarrollo que mejore las condiciones de vida de las poblaciones locales.

El modelo turístico imperante ha sido fruto la modernidad y el racionalismo, esquema que privilegia una mirada única de la realidad de la sociedad. Los modelos post-racionalistas, interpretan el racionalismo como un instrumento de comprensión de la realidad, pero no el único pues en ello juegan un papel fundamental la subjetividad, lo perceptual, lo sensorial y las emociones. Es decir que, bajo esta perspectiva, el actor local y su percepción de la realidad son un eje esencial en la planificación territorial del turismo. Es así como los “expertos” son, ante todo, quienes pueden tender puentes, ser mediadores entre las realidades locales, el Estado y los distintos actores intervinientes.

En el turismo creativo se privilegia, entonces, la mirada de las poblaciones locales sobre su desarrollo, no se impone un modelo desde afuera, no existe un modelo único, sino que, más bien, este se construye de manera participativa de acuerdo con las realidades locales, abierto al cambio y a los aprendizajes permanentes, a re-construirse basado en la autonomía comunitaria, propendiendo por un desarrollo económico, social y, ante todo, humano.

Por medio de este tipo de turismo se ponen en valor las formas de organización local, la identidad de las poblaciones residentes, así como sus capacidades en la búsqueda de su propio modelo de bienestar.

Este tipo de turismo es inspirador, incluyente, respetuoso de la naturaleza y la cultura, de los saberes locales, movilizador de las habilidades y los talentos de los lugareños. Legitima la diversidad social y cultural, el desarrollo económico con equidad, promueve un territorio apropiado por sus dueños legítimos, por las comunidades ancestrales o campesinas, no por nuevos empresarios depredadores del territorio y de sus recursos.

Más bien, es un generador de recursos económicos alternativos para sus pobladores, quienes direccionan la planificación, gestión, programas y proyectos locales en un ejercicio de aprendizaje colaborativo con la red de actores locales y socios estratégicos, entre los que tienen un rol relevante las universidades y centros académicos y de investigación; las instituciones del Estado, las ONG y los empresarios; en él se privilegian el trabajo asociativo y en redes, el capital humano, las formas de producción creativas, promotoras de libertad que fomentan empleos de calidad en los que prima una relación ética, no de sumisión o subyugación.

En el turismo creativo se privilegia, entonces, la mirada de las poblaciones locales sobre su desarrollo, no se impone un modelo desde afuera, no existe un modelo único, sino que, más bien, este se construye de manera participativa de acuerdo con las realidades locales, abierto al cambio y a los aprendizajes permanentes, a re-construirse basado en la autonomía comunitaria, propendiendo por un desarrollo económico, social y, ante todo, humano.

Por medio de este tipo de turismo se ponen en valor las formas de organización local, la identidad de las poblaciones residentes, así como sus capacidades en la búsqueda de su propio modelo de bienestar. Este tipo de turismo es inspirador, incluyente, respetuoso de la naturaleza y la cultura, de los saberes locales, movilizador de las habilidades y los talentos de los lugareños.

Legitima la diversidad social y cultural, el desarrollo económico con equidad, promueve un territorio apropiado por sus dueños legítimos, por las comunidades ancestrales o campesinas, no por nuevos empresarios depredadores del territorio y de sus recursos. Más bien, es un generador de recursos económicos alternativos para sus pobladores, quienes direccionan la planificación, gestión, programas y proyectos locales en un ejercicio de aprendizaje colaborativo con la red de actores locales y socios estratégicos, entre los que tienen un rol relevante las universidades y centros académicos y de investigación; las instituciones del Estado, las ONG y los empresarios; en él se privilegian el trabajo asociativo y en redes, el capital humano, las formas de producción creativas, promotoras de libertad que fomentan empleos de calidad en los que prima una relación ética, no de sumisión o subyugación.

Un modelo en el que el tiempo libre sea un derecho de todos; en el que el turismo se nutra de formas renovadas de paz en el trabajo, en el territorio y con las comunidades de acogida, con las que se establezcan nuevos parámetros de construcción de ‘Otro’ como sujeto social, con autonomía, libertad y sentido de equidad y humanismo.

*Marta Lucía Vélez Rivas
Docente de la Facultad de Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras
Universidad Externado de Colombia

**Molina, Sergio: Docente en temas de turismo en Universidades de México, Chile y Argentina. El texto que inspira el artículo y del que se toma parte de sus reflexiones es: Turismo Creativo, junio de 2016.