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Un exalto funcionario de la Seguridad Nacional dice que el Partido Republicano es ‘la mayor amenaza contra la democracia’ – La Gaceta de la Iberosfera

“Soy un profesional de la seguridad nacional. He trabajado en seguridad nacional contra el ISIS, al Qaeda y Rusia”, señalaba en una entrevista en la MSNBC Miles Taylor, ex alto funcionario del Departamento de Seguridad Nacional. “Y la amenaza número uno de seguridad nacional que he visto en toda mi vida contra la democracia en este país es el partido al que pertenezco, el Partido Republicano. Es la amenaza número uno para los Estados Unidos de América”.

Vista la trayectoria de estos meses en la política de Estados Unidos, había que llegar a esto, y es bastante claro lo que significa. Cuando en una democracia dominada electoralmente por un bipartidismo de hecho, uno de los dos partidos ve al otro como “la mayor amenaza para la democracia”, se está abogando sin más por un régimen de partido único. No es extraño que la Administración Biden se haya mostrado tan fría en relación a la multitudinaria protesta cubana.

En la liza democrática es normal caer en exageraciones perdonables cuando se denuncia la actitud de los rivales, pero hay límites evidentes. Racista, xenófobo, machista… Todo eso es retórica, un nivel tolerable de violencia verbal. Pero “amenaza número uno a la seguridad nacional” es otra cosa, otro mundo; nos movemos en un terreno mucho más peligroso. Uno no debate con una amenaza a la seguridad nacional, mucho menos con la más grave: uno la aplasta, acaba con ella.

Cuando se declaró que Al Qaeda era una amenaza para la seguridad nacional, se invadió Afganistán, iniciando una guerra y una ocupación que ha durado décadas. Cuando se declaró el ISIS una amenaza a la seguridad nacional, se le bombardeó de forma inmisericorde hasta su práctica desaparición. Ahora, la amenaza a la seguridad nacional es el partido de Abraham Lincoln.

Es ingenuo pretender que no se estaba avanzando en esta dirección cuando Biden, al llegar a la Casa Blanca tras una cuestionada y cuestionable votación, dijo que las agencias de inteligencia se concentrarían en el ‘supremacismo blanco’ como principal peligro para Estados Unidos, y que la patochada del ‘asalto’ al Capitolio de presuntos trumpistas había sido “peor que Pearl Harbour y el 11-S”. Era una declaración de guerra contra sus rivales políticos y una advertencia de que se trataría a los disidentes como terroristas potenciales.

Otro paso en esa dirección se dio el viernes pasado, cuando supimos que la Administración lleva algún tiempo negociando con los gigantes tecnológicos para que endurezcan su censura contra la opinión disidente, especialmente contra quienes dudan de la estrategia oficial de lucha contra la pandemia.

De hecho, preguntado por los periodistas qué le parece que Facebook permita en su plataforma mensajes que difieren de la versión oficial sobre la pandemia, Biden respondió tajante: “Están matando gente”.

Censura, persecución de la disidencia, demonización de grupos rivales… ¿Por qué le iba parecer mal a Biden lo que está haciendo en Cuba Díaz-Canel?