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Un histórico debate de investidura abre la etapa más incierta desde 1978 ante el estupor general

La previsible reelección de Pedro Sánchez como presidente del gobierno inaugura una etapa en España repleta de incertidumbres. Lo único seguro es que la labor del nuevo Ejecutivo deberá estar centrada en dar satisfacción a la voracidad insaciable de sus acreedores, que amenazan con tumbar el Estado de derecho y poner fin al sistema democrático que nació con la Constitución de 1978.

El candidato socialista presentará entre hoy y mañana un programa de gobierno que vestirá con todo tipo de medidas sociales, basadas en el acuerdo suscrito con Sumar, para disimular que el grueso de su actuación estará marcada por la aprobación de la controvertida Ley de amnistía, denunciada como inconstitucional por la casi totalidad de los estamentos judiciales.

Sánchez no eludirá este asunto durante su intervención, pero intentará por todos los medios que no acabe convirtiéndose en el eje de su discurso. Una táctica que también empleará para defender el resto de medidas acordadas con Junts, ERC o Bildu, siendo el primero de ellos el encargado de marcar el paso en una legislatura muy convulsa.

El Congreso se blinda ante las protestas

El malestar social expresado a través de las movilizaciones diarias que tienen lugar en la sede del PSOE, así como en las manifestaciones convocadas por los partidos y la sociedad civil, han motivado el blindaje policial del Congreso, cuyos alrededores estarán cerrados a cal y canto para evitar que se produzcan protestas durante el debate de investidura.

Dentro del Parlamento, Sánchez se volcará en defender la agenda social, que incluye la universalización de la educación entre 0 y 3 años; convertir el alquiler social y la vivienda «en el quinto pilar del Estado del bienestar»; una ley para reducir las listas de espera y ampliar los permisos retribuidos por nacimiento. Medidas menos polémicas que la quita de 15.000 millones a Cataluña o la negociación de un referéndum acordado con el fugado Carles Puigdemont.

El candidato socialista no tendrá límite de tiempo para intervenir, único formato con el que se siente realmente cómodo ya que le permite despachar a la oposición sin tener que responder a sus interpelaciones. Moncloa desliza que su discurso podría guardar similitudes con el que pronunció durante la investidura de 2020, tras pactar con Podemos, ERC y Bildu. Entonces, ya habló en su primer párrafo del temor social que había tras esos acuerdos, de los que había renegado hasta la misma noche electoral.

«No se va a romper España. No se va a romper la Constitución. Aquí lo que se va a romper es el bloqueo al Gobierno progresista democráticamente elegido por los españoles», afirmó entonces desde la tribuna de oradores, nada más subirse al estrado. Sánchez podría autocitarse y volver a repetir ese párrafo para luego centrarse en defender su política social.

La oposición más dura

Un cebo en el que no caerá Alberto Núñez Feijóo, que se enfrentará por primera vez en el Congreso a Pedro Sánchez, después de que éste rechazara intervenir durante el debate de investidura del candidato del PP, siendo su sustituto Óscar Puente.

El líder del PP tiene media hora para intervenir y diez minutos de réplica, al igual que el resto de grupo. Durante su discurso denunciará los acuerdos suscritos con los separatistas, recordando el clamor social que se ha levantado en contra de las cesiones que está dispuesto a admitir con tal de seguir en el poder, señalando en todo momento su incoherencia y su falta de palabra.

Desde el partido avanzan que Feijóo centrará su discurso en criticar la «inmoralidad» que implica «ceder a un chantaje al Estado para acceder a un cargo». Un pago que supone «un fraude electoral», con un «altísimo coste para nuestro país que pagarán los ciudadanos».

El presidente del PP recordará que Sánchez se presentó a las elecciones prometiendo que no haría exactamente lo que va a hacer, para desmontar su argumento de que las medidas acordadas son en favor de la convivencia. De nuevo, apelará a la convocatoria de elecciones para dar voz a los españoles una vez ya se conocen los planes de Sánchez.

Los 179 apoyos de Sánchez

La primera sesión de investidura concluirá después de haber escuchado las intervenciones del candidato socialista y de los principales partidos, de mayor a menor. PP y Vox hablarán por la tarde, al igual que Sumar.

El jueves se retomará el Pleno con los grupos más pequeños que no hayan podido hacerlo hoy y se procederá después a la votación, en la que Sánchez requiere de mayoría absoluta para salir elegido. Un requisito que cumplirá con creces al tener atados 179 apoyos, tres más de los necesarios, que le brindan PSOE, Sumar, Junts, ERC, PNV, Bildu, BNG y Coalición Canaria.