Borja Sémper ha vuelto a hacerlo. Semper la ha liado nuevamente hablando en euskera en el Congreso minutos después de que su secretaria general, Cuca Gamarra, denunciara ante Armengol la ilegalidad que se estaba cometiendo usando pinganillos y lenguas cooficiales antes de su aprobación. Horas antes, el propio Semper había descartado -dijo- «hacer el canelo».
En la bancada del PP no salen de su asombro. Lejos de estar hablándose de la indignidad y el esperpento vivido, el PP ha conseguido que sólo se hable de lo de Borja Sémper. Como cuando consiguió con su chorrada de ‘Verano Azul’ darle unos días de oxígeno al gobierno de Sánchez, acorralado en esas fechas por la salida de violadores del sí es sí, sus pactos con los separatistas, las peleas de Podemos y su derrota el 28M.
Aquel día de la playa artificial Borja quedó guapo porque lo es y él lo sabe. En eso se parece a Sánchez. Quedó guay, playero, descalzo, fresco… como en aquellos anuncios de desodorante masculino de antaño tipo ‘Agua Brava, briosa como un corcel’ en paisajes caribeños o griegos. Pero Borja volvió a regalarle un respiro a Sánchez y su banda cuando más asfixiados estaban, en plena precampaña electoral del 23J.
Como el día en el que, con aquello de «las líneas rojas», estuvo a punto de cargarse la negociación de Carlos Mazón con Vox en Valencia. Aquel día, sobre todo, él solito, consiguió situar al PP exactamente en el terreno donde Sánchez y el PSOE le querían cara a las elecciones generales: el terreno del ruido y la confrontación con los de Santiago Abascal. Horas después, María Guardiola remató la faena de Borja Semper con sus descalificaciones públicas a Vox y el PP ya no supo salir de su propio laberinto hasta la victoria/¿derrota? del 23J.
El favorazo de Borja Sémper a Sánchez y su banda aún lo debe de estar celebrando su amigo Eduardo Madina, que, suponemos, sigue votando al PSOE como todos los ‘críticos’ de Sánchez. Madina fue aspirante a la dirección del partido y compañero de influencias y sueldo de Semper en la consultora privada en la que trabajaban juntos aprovechando la agenda conseguida en su actividad pública. No sabemos si Borja anima a Madina a volver a intentarlo en el PSOE para limpiarlo de Sánchez y traerlo, de nuevo, a la democracia. ¿Lo habla con él?
¿Es Borja Sémper el portavoz del PP o el portavoz de sí mismo? ¿Le preocupa más contentar a la izquierda que a los suyos? ¿Sube al atril de Génova a defender a su partido o pensando en su imagen? ¿Feijóo conocía lo del euskera o lo de las «líneas rojas» con Vox y lo aprobó? ¿Sémper va por libre? ¿Va, en general, por libre la dirección del PP o hay coordinación? ¿Está unida o hay grupitos con distintos acentos, gallego, riojano, andaluz… aunque predomine el primero?
No lo tiene fácil Feijóo. Hay que reconocerlo. No nos gustaría estar en su piel. No es fácil ante el Miura sin escrúpulos de Sánchez y su Frente Popular. Cabe pensar que, convencido de su «bilingüismo cordial» y estas cosas, Borja Semper juega un papel todavía para el líder del PP, una vez absorbido ya el votante guapo, joven y recién duchado de Ciudadanos. Cuesta creer que Feijóo no supiera que Sémper hablaría en euskera dejando a Cuca Gamarra a la altura del betún y dando un alivio al PSOE en un día marcado -sin duda- por la foto que Vox consiguió de los pinganillos amontonados en el escaño de un Sánchez otra vez ausente.
Les cuento. En la dirección del PP parece que aún creen en los milagros. Mirando a Cataluña, dan por perdido a Puigdemont (González Pons sabrá…). Pero creen que pueden, con tiempo, con luces largas, más allá de estas investiduras de ahora, atraer al buen camino a un PNV agobiado por las encuestas, que sabe que Sánchez le dará a Otegi la lehendakaritza a cambio del apoyo que Otegi ya le ha brindado para seguir en Moncloa. ¿Confunden en Génova realidad con deseos o hay que intentar, aún, que Eguibar y Ortuzar se bajen del burro de Sánchez?
Esta carrera de fondo tiene metas volantes y en Génova saben que la primera es puramente interna. ¿A qué aspira el PP de Feijóo en el País Vasco (y en Cataluña)? ¿Busca Feijóo, a futuro, un frente de derechas con los nacionalistas similar y alternativo al de Sánchez y el PSOE con la izquierda separatista que le permita abrirse aritméticas parlamentarias nuevas y no depender sólo de Vox?
La apuesta de Feijóo es arriesgada confiando en que los dinosaurios políticos del Euzkadi Buru Batzar y el poder económico de Neguri se den cuenta -por fin- de que van directos al barranco, la derrota y al final de su poder omnímodo (como Pujol y CiU) porque Otegi (con Sánchez) va a por ellos y el objetivo es el de ETA: la república vasca, socialista e independiente… donde las mansiones de Getxo estén mal vistas.
¿Es este el camino del PP vasco (y catalán)? Génova ha buscado (nos consta que era la idea) en una especie de casting externo a alguien nuevo y de fuera que lidere el partido en Vitoria y lo aleje -en palabras de un alto dirigente popular- de la «bunkerización» … «fuera la realidad vasca actual» … en la que viven sus compañeros, comprendiendo, por supuesto, lo dura que ha sido su vida allí. No parecen haber encontrado a nadie y todo apunta a que Génova tirará de la cantera.
La pregunta es: «Zer izan nahi du PPk Euskadin? Borja Semper edo Jaime Mayor Oreja?». O traducido para que lo entendamos todos en español: ¿Qué quiere ser el PP en Euskadi? ¿Borja Semper o Jaime Mayor Oreja? Y disculpen porque las comparaciones siempre son odiosas.