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Vox Málaga, el único partido que no acude a los actos de Semana Santa ni visita las cofradías

Colas kilométricas para visitar las cofradías malagueñas (Málaga Hoy)

Desolación entre los militantes cofrades de Vox Málaga ante la ausencia en los numerosos actos de Semana Santa que se están celebrando. Pese a la suspensión de las procesiones, las cofradías semanasanteras registran este año una actividad intensa. El fervor se traslada desde las calles a las casas hermandades. Colas kilométricas en todas ellas para ver a los asuntos titulares. Todos los partidos políticos presentes en los actos pascuales. Todos menos Vox. Así resume la situación un ex cargo del partido vinculado a la Archicofradía de la Expiración: “Ha venido todo el grupo municipal del PSOE para visitar la cofradía y saludar al hermano mayor. Los de Vox ni están ni se les espera”. “Será porque ninguno de ellos es de Málaga ni ha mamado desde niño sus tradiciones”, añadimos nosotros.

La que torpemente dirige el cotarro, Patricia Rueda, no parece muy inclinada a la fe católica. El problema es que siendo la que manda en Vox Málaga, no trate siquiera de simular su incredulidad. A “Barbie” nos cuesta imaginarla rezando fervorosamente una novena, vestida de mantilla y con traje negro liso. A ella le pone más Dolce & Gabbana. “Barbie” es “Barbie”. Pero si no ha sido arrastrada por los caminos de la religiosidad, al menos debemos exigirle que lo aparente en tanto que es ella la que mueve los hilos en la provincia, con Antonio Sevilla haciendo de monigote, de un partido que dice defender las raíces cristianas de nuestra sociedad.

(Andalucía información)

Vox en Málaga ha dado la espalda a los católicos y a las tradiciones. Si algo bueno tenía Vox era precisamente su aparente defensa de esos valores cristianos innegociables, que son a modo de roca viva sobre la que se apoya el edificio, es decir el Sistema. Esos valores nada tienen que ver con la apariencia posturera como norma suprema. Gente como “Barbie” hace que muchos votantes católicos empiecen a percibir a Vox como un desierto infecundo material y espiritualmente.

Vox Málaga siempre había defendido la Cristiandad y las tradiciones. Ese aspecto tan importante, sobre todo en la política municipal, se estaba trabajando más que bien en la etapa de José Enrique Lara, de la mano sobre todo del hasta hace tres meses vicesecretario de Relaciones Institucionales, Javi Martín.

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En una ciudad vertebrada en torno a sus cofradías y sus peñas, el partido nunca faltaba a los numerosos actos sociales que organizan cada año las entidades cofrades, casi siempre de carácter solidario o para exaltar la cultura malagueña.

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Parece que el apoyo a la Semana Santa ha pasado a mejor vida con este nuevo Vox Málaga de purpurina, faldas de raso y cantamañanas disfrazados de líderes. Y no valen las excusas: este Vox es un desastre, un disparate, una forma valleinclanesca de entender la política.

Nos consta que las cofradías ya han expresado su malestar ante la ausencia de representantes del partido verde esta Semana Santa.

(Málaga Hoy)

Lamentable que el eficaz trabajo de acercamiento a las entidades populares de Málaga se haya venido al traste en tan poco tiempo. ¿Hasta cuándo va a permitir Santiago Abascal el daño irreparable que esta Gestora de chiste está causando al partido? Vox Málaga es solamente el juguete roto de Ortega Smith y sus inútiles intermediarios. Por eso ya ha perdido hasta el orgullo de la grandeza histórica de España, que no se entendería sin su sentido religioso.

(Sur)

Este Vox Málaga ya ha dejado de ser cofrade, que es la forma más malagueña de ser y sentirse católico. ¡Al infierno con ellos!

Postdata: Lo mejor que le ha ocurrido a Isabel Díaz Ayuso en la precampaña para las autonómicas madrileñas es que “Barbie” pida el voto para Rocío Monasterio. Y lo ha hecho tratando de exhibir una gracia que la hija de Mari Carmen nunca tuvo. “Tenéis que escuchar a Casado: Yo me, mi conmigo. Para eso ya está Rocío Monasterio”, ha ironizado en twitter. Por nuestra parte, nada que objetar, salvo una puntualización: una meada de Ayuso vale cien veces más que ella.