«Tengo muchas dudas de que dispersando se gane». Esta frase la pronunció Yolanda Díaz tras las elecciones autonómicas que se celebraron en mayo de 2019 en las que la izquierda acudió dividida a los comicios. Esa cita con las urnas fue la que Manuela Carmena perdió la alcaldía de Madrid.
Ahora, a menos de un mes de las próximas elecciones municipales y autonómicas del próximo 28 de mayo, desde Podemos temen que la división en la izquierda que ha impulsado la propia Díaz con la creación de Sumar tenga, como en aquella ocasión, «unas consecuencias nefastas». «No sé en qué ayuda una ensalada de hostias en las elecciones autonómicas y municipales», llegó a resumir en este sentido hace unos días el propio Pablo Iglesias.
Fuentes de Podemos explican que «la división provocada por Díaz», sumada al descontento generado en la izquierda y el desconcierto tras la creación de Sumar (que no se presenta al 28M) pueden ser letales para los morados.
En las últimas semanas, los de Ione Belarra han llegado a pedir públicamente a Díaz que se implique en la campaña y muestre su apoyo para Podemos, pero la vicepresidenta ha dejado claro que su presencia en los actos de los quince días previos al 28M será muy limitada. Los morados llegaron incluso a enviar un plan de campaña con fechas y lugares concretos al equipo de la ministra de Trabajo. Una oferta que no tuvo respuesta.
Yolanda, culpable
Aunque de cara al público los morados han criticado esta decisión, en privado sí que se guardan esa carta. Desde la cúpula de Podemos ven la posibilidad de utilizar la negativa de Yolanda Díaz y convertirla, en un futuro, en la «culpable» de sus resultados si se produce el fracaso que marcan las encuestas.
Pero antes de que llegue el momento de buscar culpables tras el 28M, las preocupaciones de los morados aumentan en tres territorios: la Comunidad Valenciana, las Islas Baleares y Aragón. Lugares en los que Podemos es clave para la gobernabilidad.
En el caso de la Comunidad Valenciana, su entrada en las Cortes podría determinar su Ximo Puig puede o no formar gobierno. Para ello, es necesario llegar al 5% de voto y en las encuestas, los de Podemos tan solo alcanzan esta cifra en algunas de ellas.
En Aragón, donde ahora gobierna el PSOE de Javier Lambán en coalición con Podemos, la Chunta Aragonesista y el Partido Aragonés, las encuestas marcan que caerían de 5 a 3 y Aragón Existe podría robarles el protagonismo si la derecha no da un último empujón alcanzando la mayoría absoluta.
Baleares es una de las comunidades en las que más se nota la división ya que se ha visto como excargos de Podemos como Juan Pedro Yllanes o Esquerra Unida han mostrado su apoyo total al proyecto de la vicepresidenta mientras que Més per Mallorca y los morados tienen sus propias candidaturas.
