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Yolanda Díaz desata la ira de Iglesias: lleva 4 días sin negociar con Belarra e intenta liquidar a Irene

Yolanda Díaz lleva desde el pasado lunes sin sentarse con Ione Belarra. El reloj corre en su contra: la fecha límite para registrar la coalición es el próximo viernes, 9 de junio, y ya se han desperdiciado cuatro días.

En Podemos existe el convencimiento de que la líder de Sumar sigue una estrategia de presión para obligarles a negociar en una situación de desventaja.

Esta situación ha desatado la ira del exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias, que este viernes acusó a Díaz de imponer a Podemos la «humillación y venganza» en el proceso de reagrupación de la izquierda en torno a Sumar.

La tensión se eleva a siete días del límite fijado, sin concreciones, y a pesar de que ambas formaciones no cejan de repetir que habrá acuerdo.

[Iglesias denuncia que Yolanda Díaz intenta imponer «humillación y venganza» a Podemos]

En la reunión del lunes, Belarra y Díaz mantuvieron un encuentro breve y frío, que apenas sirvió para confirmar que no están de acuerdo en cómo negociar. Desde entonces, según fuentes internas de los partidos, no ha habido comunicación.

Sobre la mesa sigue sin resolverse cómo elaborar las listas electorales de 50 circunscripciones en apenas dos semanas, cómo distribuir los recursos económicos y decidir quién dirigirá el grupo parlamentario que salga del 23-J.

La confección de las listas no es menor. Mientras que para Sumar sería fácil asumir que Ione Belarra concurra por Navarra, su lugar de origen, con Irene Montero se complica la cosa. Ella es de Madrid y fue de número dos por esa circunscripción hace cuatro años.

Pero la cabeza de lista en Madrid será Yolanda Díaz y en Sumar defienden que la segunda plaza sea para Íñigo Errejón, por la fuerza que tiene Más Madrid en la Comunidad, donde acaba de confirmarse como segunda fuerza frente a un Podemos que ni obtuvo representación el 28-M.

El problema que ambas partes están teniendo para negociar es el propio punto de partida: hace falta definir qué es Podemos, si el partido que en 2019 obtuvo más de tres millones de votos y llegó a formar el primer Gobierno de coalición de la Democracia o si, en cambio, es el partido que sale derrotado del 28-M, fuera de parlamentos autonómicos como el madrileño y el valenciano, y a un paso de desaparecer del balear.

[La retirada de Garzón abre el camino a Yolanda Díaz para dejar a Irene Montero fuera de la lista de Sumar]

Los morados reivindican una negociación bilateral con Yolanda Díaz, mientras que ésta apuesta por una mesa de partidos en la que se sienten a hablar todas las formaciones que componen Sumar. De hecho, Iglesias lleva tiempo diciendo que Díaz deseaba un batacazo como el del domingo pasado para que los morados tuvieran menos poder en la negociación. 

Desde Podemos denuncian presiones que irían encaminadas a liquidar a Irene Montero. Este viernes, el coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, anunció que no concurriría a las elecciones generales para propiciar una «renovación de caras». Unos días antes, la todavía alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, hacía lo mismo.

Estos movimientos de los partidos de la órbita de Sumar se interpretan en Podemos como dardos envenenados. Díaz loaba este viernes las decisiones de Garzón y Colau, dejando la pelota en el tejado de Belarra y señalando directamente a Irene Montero.

Si había alguna duda, desde Más Madrid y Compromís se recordaba ayer el desgaste que para la izquierda había supuesto la ley del sí es sí, el proyecto estrella de la ministra de Igualdad que tuvo que ser corregido tras rebajar la pena a cientos de violadores y pederastas.

Pero desde el entorno de Podemos también presionan. En una columna publicada en el diario Ara, Pablo Iglesias ha escrito que Unidas Podemos vive «en los juegos del hambre» y que «nada garantiza» que la negociación de reagrupar a la izquierda antes del 23-J acabará en buen puerto «si se impone el deseo de venganza y humillación» de Podemos. Asegura que si no se encuentra una solución, el PSOE podría «devorar» el espacio que representan.

Mientras tanto, el tiempo corre. Y lo hace a favor de Díaz, ya que, cuanto más cerca está la fecha límite, más acorrala a Podemos. El fantasma de las últimas elecciones andaluzas está muy presente: una negociación en los mismos términos, rodeando a los morados como una presa cautiva entre la ensalada de aliados de la líder de Sumar, acabó con una candidata desconocida -impuesta por Díaz-, el nombre de Podemos fuera de la papeleta y un resultado electoral desastroso.