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A Gimnasia le costó, pero ganó sobre el final y se clasificó a la siguiente ronda

Por WALTER EPÍSCOPO
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Gimnasia hizo lo que tenía que hacer y dejó en el camino a Sportivo Belgrano por 1 a 0. No fue sencillo, como nada de lo que vendrá, pero el ciclo de Pedro Troglio se inició con victoria.

Desde el principio el Lobo mostró las cartas características de Troglio a lo largo de su carrera como entrenador: intensidad y entrega. A partir de ese deseo de superación con respecto al rival se hizo acreedor de la pelota y dueño del juego y del partido. Con los constantes avances por izquierda de un Matías Gómez que se mostró como lo más inquietante del tripero, el elenco mens sana logró adelantarse en el Beranger, pero sin contundencia ni claridad en los sectores necesarios, factores fundamentales para concretar en arco ajeno. Entre aproximaciones y centros que nunca encontraron a Santiago Silva como faro de ataque, el primer tiempo transcurrió con el Lobo intentando en el costado opuesto y sin sufrir en el suyo.

Sobre los 26 minutos, una buena combinación entre Melluso y Gómez terminó con Rodrigo Cháves, defensor cordobés, derribando al lateral tripero que se mandó muy bien al ataque. Sin embargo, y con la chance inmejorable para Silva de batir al arquero Cosentino, el remate anunciado del uruguayo murió en los brazos de un arquero que apenas se desplazó para su palo izquierdo.

A partir de allí, la tónica del juego siguió siendo la misma. Gimnasia nunca dejó de intentar e intentar vulnerar la defensa verde. Pero cada intento mens sana sólo sirvió para evidenciar la falta de claridad de un equipo que tuvo ganas, que se mostró intenso, pero que falló cada vez que alcanzó los tres cuartos de cancha.

MÁS PELIGRO EN EL COMPLEMENTO

Ya en el segundo tiempo, el Lobo logró convertir las aproximaciones en llegadas. Crecieron los jóvenes Cataldi y Tifner, que se asociaron a un Gómez que siguió tan movedizo como en la primera parte.

A partir de eso, los de Troglio lograron inquietar a un Cosentino que sufrió el complemento del juego. Sin embargo, al tripero le costó quebrar su resistencia.

CAMBIO Y GOL PARA EL BOCHI

Buscando alternativas para quebrar al arquero cordobés, el DT mandó a la cancha a Eric Ramírez por Cataldi y a Lucas Licht por un cansado Tifner.

Con el aire renovado de mitad de cancha hacia adelante y ante un Sportivo Belgrano que se sentía cerca de lograr los penales, el Bochi demostró que su gran pegada sigue tan justa como siempre. Jugando de mediocampista por el sector izquierdo, el berissense acompañó y aprovechó una escalada de Rinaudo y un rebote que le permitió cruzar un remate con pierna izquierda que se escondió en el ángulo inferior siniestro de un sorprendido guardameta verde. A los 36 y con apenas algunos minutos en cancha, el Lobo lograba destrabar un partido que parecía ir directo a los doce pasos.

A partir de allí, y frente a un rival que tuvo que romper con los planes por necesidad, los de Troglio encontraron espacios, e incluso pudieron aumentar el margen luego de un gran remate del ingresado Ezequiel Bonifacio que se estrelló en el horizontal defendido por Cosentino.

Gimnasia sufrió, como está acostumbrado en los últimos años, pero ganó y no es menor. No fue su mejor versión, pero empezó con el pie derecho en el nuevo ciclo de Troglio al mando.

En el marco de una semana que ya vio despedirse de la Copa Argentina a Vélez, a Banfield y San Martín de San Juan a manos de rivales menores, el Lobo sigue en carrera y deberá medirse con Olimpo, el próximo domingo en Cutral Có por los 16avos de final, con horario aún a definir.