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A la Ciudad se le «pianta» un lagrimón: tras 55 años cerró un histórico local de 8 y 49

El histórico local de ropa e indumentaria «Los 5 Hermanos» de 8 y 49 bajó sus persianas para siempre tras 55 años de trayectoria. Fue una decisión reciente de la familia propietaria, a raíz de la profunda crisis en la que entró el comerció desde hace un buen tiempo y que se acentuó en las últimas semanas con la fuerte caída de las ventas y los elevados costos de alquileres «imposibles de afrontar», comentaron trabajadores a este medio. La drástica determinación, además, golpeó al personal debido a que derivó en el achique de empleados con el despido de cinco de ellos.

Ema, una empleada que dedicó los últimos 40 años de su vida a atender el local, expresó que «es una tristeza enorme haber llegado hasta acá, el tener que cerrar las puertas después de 55 años», al tiempo que aseguró que «los dueños tuvieron que despedir a varios compañeros».

En ese sentido amplió que «fue una decisión muy difícil de los dueños que no esperábamos porque hace tres meses se actualizó el contrato de alquiler, pero lamentablemente la situación llevó a que finalmente cerraran el local».

Por el cierre, explicó que «un grupo vamos a ir a trabajar a local de ‘Los 5 Hermanos’ que está en calle 12 entre 56 y 57 mientras que a otros compañeros se los despidió, les abonaron todo lo que tenían que pagar, antes de que el local entre en una situación de colapso como la que se estaba viniendo».

Al referirse a los motivos que decantaron en el cierre del local, Ema dijo que «si bien lo no esperábamos este final, fue un proceso derivado de la «crisis» expresada en la fuerte caída de las ventas y también por «por lo costoso del alquiler», cuya monto es cercano a los 200 mil pesos mensuales.

Por su parte, su compañera Adriana, quien es empleada desde hace 32 años, aseguró que «hace varias semanas que estábamos acá mirándonos la cara porque no se vendía nada».

Ema afirmó que «acá siempre estuvimos en blanco, se pagó en regla, pero no somos fabricantes, nosotros compramos y vendemos, pero los costos suben y a la empresa se le hace imposible mantener el local como lo venía haciendo».

Sobre las expectativas a futuro pidieron que los vecinos acompañen a la emblemática marca en el local que funciona en el pase comercial de calle 12.

Mientras tanto, esta tarde, Raúl, quien lleva 25 años dedicado a tareas de mantenimiento, se predisponía a desmantelar lo poco que quedaba en pie en el negocio: un par de estanterías, algo de la cartelería y la inconfundible vidriera que por más de cinco década le dio identidad a la esquina de 8 y 49.