Milagro Sala fue trasladada ayer del penal de Alto Comedero a su casa en El Carmen, en las afueras de San Salvador de Jujuy. Allí cumple arresto domiciliario por orden judicial, tras un fallo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que sugirió su traslado.
La dirigente kirchnerista podrá recibir a familiares hasta cuarto grado de parentesco y segundo por afinidad, de manera permanente. Sólo recibirá visitas los martes, jueves y sábados, de 8 a 19, con un tope de hasta 20 personas por día con un ingreso de no más de cuatro personas en forma conjunta.
Los efectivos de Gendarmería tendrán a su cargo el control de los ingresos y egresos a la casona, y deberán requisar a las visitas que reciba Sala.
La policía de la provincia, por su parte, tiene bajo su responsabilidad la vigilancia de la ruta nacional N° 9 por la que se ingresa a la villa veraniega, además del control de cámaras de seguridad, iluminación y limpieza del predio y adyacencias.
Desde el Ministerio de Seguridad estimaron que diariamente estarán afectados 30 efectivos policiales para el operativo diario de vigilancia y control.
El predio, además, contará con un equipo generador de electricidad alternativo, ya que es una zona de fuertes tormentas eléctricas que producen cortes de energía. Por ello, para tener visibilidad permanente en las calles aledañas a la casona y registro de las actividades que se producen en los alrededores, el Ministerio de Seguridad dispuso la implementación de un grupo electrógeno.
Sala cuestionó hoy las medidas de seguridad en esa vivienda. «Esto no es una domiciliaria, no han respetado la resolución de la CIDH», dijo la líder de la agrupación Tupac Amaru.
«Tengo un camión grandísimo acá de Gendarmería, también está la policía de la provincia. Tengo cámaras que rodean toda la casa, micrófonos», planteó Sala en diálogo con radio AM 750.
«Esto no es una domiciliaria, no han respetado la resolución de la CIDH. No puedo creer que no lo respeten», agregó.
