“Estamos bien, contrariados pero con ánimo para la reconstrucción; el barrio apoya y la gente es solidaria. Eso sí, nos gustaría que alguien nos ‘donara’ unas horas, porque estamos corriendo contra el reloj”. El testimonio, escuchado ayer por la tarde en 28 y 46, marca el tono de lo que fue la jornada dominical para muchos de los grupos armadores de muñecos de fin de año, atrapados entre la espada del temporal que anteanoche castigó las estructuras, y la pared de un horario tope: el del brindis de hoy.
Decapitados, desteñidos, hechos añicos, ladeados o tumbados por completo, con sus placas y paneles ablandados por varias horas de lluvia, muchos de los momos pensados para despedir 2018 y dar la bienvenida a 2019 amanecieron como si hubieran sido bombardeados.
Algunas esquinas, como las de 13 y 72, 25 y 55, o 31 y 65, mostraban la desoladora postal del trabajo de semanas arruinado en un abrir y cerrar de ojos; otras la de la resiliencia, como la de 32 y 25, donde los “Dibujos Animados Retro” reflejaron la fortaleza de su confección según la “vieja escuela”, con capas de papel mâché, masilla, pintura y barniz.
A pesar de las vicisitudes, los constructores no se dieron por vencidos. Y en un ambiente que suele mostrar su cara competitiva a la hora de cotejar diseños e ideas y pujar por premios, las penurias compartidas despertaron una corriente de empatía y ayuda mutua. Hubo varios ejemplos como el de los chicos y chicas de 10 y 36, que además de meterle garra a la reparación de su propio “Toy Story” se acercaron hasta 13 y 72 para aportar materiales y ofrecer una mano.
Allí, en la frontera entre los barrios de Circunvalación y Meridiano V, dos de los muñecos con mayor envergadura e impacto visual, que se perfilan entre los más convocantes -”Mi Pobre Angelito” y “Creador de Ilusiones”- se despedazaron entre ráfagas y diluvio ante la angustia de sus creadores.
“Somos uno de muchos grupos en esta situación; fue tremendo, nos estábamos sacando una foto con los chicos, riéndonos, y de repente todo voló por el aire” recordó una de las integrantes de Gaam Drako, autores de “Creador…” y pesos pesados de la historia muñequera reciente: “éramos treinta tratando de sostenerlo, pidiendo ayuda… se nos retorcieron las manos”.
“Vamos a seguir trabajando”, fue ayer la consigna en el lugar; por la tarde, entre aplausos, el veterano juguetero que es pieza central del conjunto volvió a erguirse y habrá quema. El que quedó de cara al cielo fue el Bugs Bunny de 25 y 55. “Vamos a llegar al 31, pero era un conejo parado y ahora será acostado” admitieron en el lugar: “será quemado a las 2.30”.
En la esquina de 28 y 46, los chaparrones sorprendieron trabajando a los diseñadores de “¡Hagan sus apuestas, señores!”, un conjunto que muestra a Tom y Jerry más una ingeniosa ruleta con plataforma giratoria en la que los asistentes a la pira podrán “centrifugar” sus problemas e incinerarlos”.
“Corrimos, tapamos todo, nos llevamos partes, pero fue muy de golpe todo y la ruleta se despedazó” señaló Iñaki Inchaurregui: “hubo que repintar la cabeza, nos vamos a quedar toda la noche laburando pero vamos a llegar”.
La “brigada solidaria” de 10 y 36 también trabajó a destajo en su enclave de origen. “Se nos rompieron un poco el caballo, el dinosaurio y Woody, pero los pudimos arreglar” expresó Santiago Nicolino: “los vecinos donaron cosas, y como alcanzaba, fuimos a ofrecer a otras esquinas que las necesitaran más”.
