Inicio Argentina Caos en la Selección

Caos en la Selección

Las diferencias irreconciliables entre el entrenador Jorge Sampaoli y sus dirigidos llegaron a un punto de no retorno y el lugar del técnico en el banco de suplentes de la Selección argentina ante Nigeria estuvo en serio riesgo, hasta que ayer por la tarde entró en acción el presidente de AFA, Claudio Tapia, para sostenerlo en el cargo, aunque sin certezas respecto del plano de autoridad que podrá ejercer sobre los futbolistas.

Las versiones cruzadas con información sobre las internas que por estas horas tienen en llamas la vida íntima del seleccionado nacional en Bronnitsy tuvieron en la víspera distintos capítulos, desde que los jugadores le habían solicitado al técnico que diera un paso al costado para eventualmente ser reemplazado por el secretario técnico Jorge Burruchaga, algo que en realidad venía rebotando desde el jueves, hasta que algunos referentes del plantel habían tomado el mando del equipo y lo armarían en función de los históricos de esta generación que ya vio pasar a varios entrenadores.

Sin tiempo para analizar demasiado la situación sino a través del desmadre en que había caído la organización interna del representativo albiceleste, el titular afista, Claudio Tapia, tomando también algunos consejos recibidos desde Buenos Aires, decidió salir a la palestra para evitar un papelón internacional, en algún punto parecido a lo ocurrido con el español Julen Lopetegui un día antes del comienzo del Mundial, aunque con un contenido de disímiles características.

“Chiqui” actuó de mediador entre el técnico y los jugadores, aunque no ya para limar esas diferencias que ya no tienen marcha atrás, sino para atenuar el temporal y evitar el escarnio público, aunque para adentro las cosas sigan igual de mal.

Cuando el apellido Burruchaga estaba ganando espacio como sucesor, Tapia confirmó a Sampa

Por eso, afrontando el principio de autoridad que conlleva su cargo, Tapia ratificó en su puesto a Sampaoli (cuando lo presentó en sociedad, dijo de él que la Selección tenía “al mejor técnico del mundo”), que estará en el banco de suplentes ante los nigerianos, pero hasta ahí nomás.

Según fuentes consultadas, no es seguro aunque se niegue en otros ámbitos, que Sampaoli pueda ejercer sus funciones en los próximos días sin el condicionamiento del plantel, cuando su autoridad está absolutamente devaluada.

Todo esto generó entonces un gran desconcierto en el resto del cuerpo técnico, numerosos por cierto (13 integrantes) que acompaña al DT en Rusia, ya que por efecto cascada estos entuertos también les dificultarán el trabajo diario.

Y en el entretanto el pus que generó con el tiempo esta infección parece a punto de saltar, ya con esta generación a punto de extinguirse y que, en esta instancia final pone blanco sobre negro respecto de la influencia que tuvo sobre cada entrenador que paso por el seleccionado argentino y se terminó yendo anticipadamente y en situaciones nunca aclaradas.

La leyenda del “club de amigos de Lionel Messi” tomó entonces visos de realidad, aunque los damnificados, en este caso cada técnico que los dirigió desde Alfio Basile para acá, por códigos en algunos casos, y para no enfrentarse con el mejor del mundo en otros, nunca quisieron corroborar.

Pero si en el entrenamiento de ayer ya se observó a los jugadores bien lejos de Sampaoli y solamente a uno de sus ayudantes, Lionel Scaloni, haciendo de nexo entre ambos, es un gran interrogante que puede suceder hoy, cuando se realice el entrenamiento más fuerte que se puede hacer en estos pocos días de preparación antes del cotejo con los nigerianos, que en el último amistoso, con Sampaoli en el banco y Messi en la tribuna, terminaron imponiéndose 4 a 2.

En definitiva, el clima para esta definición mundialista anticipada es el peor. En la Selección argentina reina tristemente un verdadero caos. Y al fin y al cabo, los que más lo sufren son los hinchas, los que están en la Argentina y los miles que hicieron el esfuerzo de viajar hasta Rusia. Por eso, más que nunca, el final parece anunciado. Sampaoli sigue, y los jugadores también, pero cada uno por su lado. Messi, en tanto, se prepara para celebrar hoy su cumpleaños número 31 en medio de lo que evidentemente aparece como su peor campeonato Mundial. En todo sentido, pues no apareció en lo individual y en ninguno de los dos partidos jugados hasta aquí sus compañeros lo respaldaron.

La abultada derrota del jueves frente a Croacia causó un verdadero incendio en la concentración de Argentina en Rusia, que ganó en intensidad a cada hora, al punto de causar un distanciamiento entre el director técnico y el equipo que para allegados a las partes no tiene vuelta atrás, y que a la vuelta del Mundial, sea en la actual fase de Grupos como más adelante, determinará el alejamiento de Sampaoli de la conducción, aunque tenga un largo contrato firmado.

El desempeño de Sampaoli al frente del equipo argentino lejos ha estado de alcanzar el vuelo imaginado por quienes le ofrecieron el cargo, con amplios poderes. Una larga previa de Rusia 2018, con repetidos viajes para entrevistarse con los referentes del equipo no representaron la base imaginada para una convivencia que se derrumbó día tras día, con una caída vertical tras las primeras dos actuaciones mundialistas.

Los cambios, permanentes, de esquemas y también de intérpretes, no hicieron más que precipitar un desenlace que puso al conjunto nacional al borde del abismo, desde lo numérico, desde lo futbolístico y principalmente desde lo anímico, que incluye naturalmente la relación entre todos y cada uno de un grupo conformado hace varios años, en los cuales desfilaron entrenadores que se bajaron del barco sin explicaciones claras.