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Cayó empleado de un juzgado de familia por robar, con dos menores, un kiosco

¿Qué hacía un empleado judicial arriba de un auto, con una joven de 26 años, dos menores y elementos robados de un kiosco un rato antes? Él, que trabaja en un juzgado de Familia de La Plata, no lo pudo explicar. Los investigadores tampoco lograron establecer- por lo menos hasta ahora- cuál es la vinculación entre los cuatro.

“No son familiares”, aclaró un jefe policial consultado por este diario, sin pasar por alto que “en la calle te llevás este tipo de sorpresas todo el tiempo”.

Esto sucedió en un kiosco de 1 entre 61 y 62, a donde acudió la policía con el dato de que una bandita se había metido en ese local. En la escena encontraron un automóvil Toyota Etios de color blanco con cuatro ocupantes, dos hombres y dos mujeres.

“Intentaron eludir con evasivas al personal policial” y el conductor, de 38 años, trató de acelerar el coche, pero no pudo y los oficiales lo requisaron, según la versión oficial, encontrando dinero y “mercaderías robadas en el comercio”.

Al automovilista lo identificaron como empleado del Juzgado de Familia Nº1, a quien lo acompañaban una chica de 26 años, un varón de 16 y una menor de 15.

En el barrio confirmaron que el mismo grupo intentó, además, robar en una imprenta de la misma cuadra. El dueño de este local, Gustavo Maldonado (50), explicó que de allí “no se llevaron nada, sólo sacaron de eje la cortina del frente, desarmaron los manijones para poder abrir la puerta de blíndex y trataron de robar una computadora, pero mi hijo escuchó ruidos y llamó para avisarme”. Maldonado llegó a las 3.30 y, según contó, con ayuda de su hijo retuvo a uno de los adolescentes hasta que llegó la Policía, aunque desistió de hacer la denuncia por “temor a represalias”.

El de ayer fue el primer episodio de inseguridad que padecen en la imprenta desde que la abrieron, hace 10 años. Patricia Sandoval es la dueña del kiosco con cuya mercadería atraparon al grupo.

“A mi local entraron a las 5.30 de la mañana”, refirió la comerciante a este diario, agregando que “la información que nos llegó era que actuaron cuatro menores de edad”, entre ellos una nena “que se metió luego de romper un vidrio que está en la parte de arriba del frente” del local. También circuló el rumor de que el grupo contaba con el apoyo de dos remiseros, información que fue desmentida por la Policía.

Del kiosco sustrajeron 2.000 pesos, cigarrillos, helados, golosinas, el cargador de la SUBE y un módem, enumeró Sandoval, rescatando la actitud del dueño de la imprenta, que “avisó a la Policía luego de que se metieron en su local y pudimos recuperar todo”. El negocio abrió hace menos de tres meses.

La causa se caratuló “tentativa de robo en poblado y en banda agravado por la participación de menores”.