El reverdecer de la interna en Juntos por el Cambio que provocó “huracán Carrió” no sólo se reduce al posicionamiento que pretende la líder de la Coalición Cívica para los suyos en el futuro armado sino en la orientación que debería tener la coalición opositora en 2023 para, así, evitar ser inoculada por lo que denomina el “panperonismo”. Pero, a diferencia de otras ocasiones, esta vez el grueso de la dirigencia opositora salió a cruzar sus diatribas y entonces hoy JxC se encuentra en permanente deliberación,
Los límites que intentó imponer Carrió sólo son compartidos por el fundador del PRO, Mauricio Macri, que no en vano evitó fustigar a la ex diputada por la lluvia de críticas que desperdigó entre distintos referentes opositores. Hay sectores de la coalición que abogan por un crecimiento de la fuerza para hacerla más competitiva rumbo a los comicios nacionales y para hacer más factible la instrumentación de un plan de estabilización que, presumen, será necesario aplicar rápidamente en caso de volver a la Casa Rosada. También remarcan que para lograr sumar más gobernaciones, serán fundamentales las alianzas contras otras fuerzas a nivel jurisdiccional.
Otros integrantes del partido amarillo, como Patricia Bullrich o Cristian Ritondo, decidieron cruzar con todo a “Lilita” cansados de los destratos y alertados por el escaso caudal electoral que la CC hoy aportaría a JxC. El diputado Rogelio Frigerio, incluso, analiza llevarla a la justicia por sus duras declaraciones.
El nivel de tensión fue tal que se suspendió la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio que se iba a realizar este martes en la sede de los Gastronómicos de la capital. Más que romper con Carrió, hay en marcha un plan para aislarla de cualquier instancia de toma de decisiones. Sí Macri no dudó en nuevamente en mostrar su liderazgo al reunir a los máximos dirigentes del PRO para intentar desescalar el conflicto con la jefa de la CC. La desconfianza, con todo, no se ha podido apaciguar.
