Con el correr de las horas luego del sorpresivo anuncio de Cristina Fernández sobre la fórmula presidencial que competirá en las próximas elecciones, se fueron conociendo los primeros detalles de cómo se gestó la decisión y cómo la comunicó en la intimidad la ex presidenta.
Todo sucedió el pasado miércoles. El ahora precandidato a presidente, Alberto Fernández, estaba dando clases en la Facultad de Derecho de la UBA cuando recibió la llamada de Cristina Kirchner. «Vení a verme, así charlamos», le dijo ella, sin anticiparle nada. La reunión se concretó esa noche en departamento de la actual senadora tiene en Juncal y Uruguay, en Recoleta.
A solas─hizo salir a sus secretarios y asistentes─ le dijo: «Tengo un techo: puede alcanzar para ganar pero va a ser muy difícil para gobernar. Vos tenés que ser Presidente, yo te voy a acompañar», le dijo.
Fernández se shockeó. Ante la propuesta, ensayó una respuesta rápida: que no actúe por impulso, «en caliente». Pero Cristina, según reconstruyó Clarín, se mostró firme y dio sus argumentos: la tesis de que él suma pero, dijo ella, «yo divido». Sorprendido, la respuesta fue: «Dame 24 horas para pensarlo», le dijo su exjefe de Gabinete, impactado por la novedad.
