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Crece la protesta por las escuelas cerradas y medirán el impacto entre los alumnos

La proyección que hace dos semanas ya realizaban desde una de las cámaras que nuclean a los colegios de gestión privada de la Provincia se cumplió: las escuelas de la Región seguirán cerradas y las clases continuarán “exclusivamente a distancia” hasta el 21 de mayo en todos los niveles educativos. Y la decisión ya disparó protestas: “Tres semanas más es una eternidad”, se leía, ayer, en uno de los carteles que exhibían, frente a la Gobernación, padres y alumnos de nuestra zona que hace tiempo se movilizan por la presencialidad escolar.

Es que la suspensión de clases presenciales y actividades educativas no escolares presenciales -que será aplicada para las zonas denominadas de “alerta epidemiológica y sanitaria”-, profundizó el debate entre quienes sostienen que la medida es necesaria para contener la curva de contagios y quienes, en cambio, entienden que los alumnos deben estar en el aula pese a la segunda ola de coronavirus.

Entre estos últimos están los integrantes de la agrupación Padres Organizados, quienes realizaron ayer a la tarde una manifestación para reclamar por la vuelta a clases presenciales en La Plata. La organización de padres puntualizó que “es necesario trabajar en un plan integral para recuperar los aprendizajes y los contenidos que no se cumplieron en los distintos niveles a lo largo de este año”.

Los automóviles ocuparon todos los carriles de la calle 6 y se extendían hasta el lateral de la plaza San Martín por las calle 50 y 54. En los vehículos varios llevaban globos de color blanco y otros eligieron distintas consignas en su mayoría con la frase: “Abran las escuelas”.

La cuestión, claro está, genera gran preocupación entre los expertos. Por caso, la mesa de Salud y Educación nacional, conformada por especialistas en pedagogía y pediatría, anticipó que analizará los datos de contagios de coronavirus en niños y niñas para contar “con un sistema de información robusto” en cada provincia y localidad del país con el objetivo de reducir el impacto de eventuales medidas restrictivas como la suspensión de clases presenciales en esa población, afirmó Luisa Brumana, representante de Unicef en el país.

Brumana destacó que los integrantes de la mesa de Salud trabajarán “con lo que pasa en cada escuela” en relación al avance de los contagios y los indicadores que influyen en su diseminación, como el transporte, “para que, cuando resulte inevitable, se deba cerrar un establecimiento escolar”.

La funcionaria del organismo internacional aseguró que se busca “una mirada más específica y en detalle para aportar a cada jurisdicción con el objetivo de que las escuelas se mantengan abiertas lo más que se pueda. Tenemos que contar con parámetros más claros para decidir si hay que abrir o cerrar”.

“La idea es que los cierres, con esta información, sean lo más breves posibles, lo más localizados geográficamente y lo más diferenciados, por ejemplo en términos de grupos etarios y que se puedan tomar en consideración las necesidades de los niños más vulnerables”, destacó.

En este marco, ayer el presidente Alberto Fernández anunció que el martes próximo, junto al ministro de Educación, Nicolás Trotta, pondrá en marcha un nuevo plan de conectividad para alumnos y docentes de todo el país, y afirmó que “vamos a empezar a entregar 700 mil notebooks a chicos para que vuelvan a acceder al mundo digital”.

Por su parte, el ministro de Educación, Nicolás Trotta, consideró que para el Gobierno nacional “es importante mantener la presencialidad” escolar, pero justificó la continuidad de la suspensión de las clases en las aulas en zonas de alerta epidemiológica al señalar que en las próximas tres semanas, “el desafío es bajar los contagios” para recuperar “con protocolos” la normalidad en el sistema educativo en el AMBA.