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Crisis del neumático: darían vía libre a la importación pero pese a la amenaza el paro sigue firme

El Gobierno podría liberar la importación de neumáticos de no mediar hoy un acuerdo salarial entre las empresas fabricantes y el gremio que nuclea a los trabajadores del sector. La advertencia llegó ayer, en la víspera de la 35ª audiencia paritaria entre las partes y al cabo de cinco meses de un conflicto que se intensificó en los últimos días, cuando los paros y bloqueos frenaron la producción de ese insumo básico para las automotrices, que ya empezaron a acusar recibo de la crisis: sin cubiertas los vehículos no pueden salir al mercado.

La reacción del Ejecutivo llegó después de que la prolongada huelga del Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (Sutna) paralizara la producción de Bridgestone, Pirelli y Fate. Y luego de que la falta de neumáticos redundara en serios trastornos para las filiales argentinas de Ford, Toyota y Fiat, entre otras (ver aparte).

Con ese telón de fondo, ayer el ministro de Economía, Sergio Massa, recibió a representantes de las terminales automotrices, autopartistas y sindicatos del sector, a los que les transmitió que, de no resolverse hoy el conflicto, habilitará a las empresas fabricantes “como importadores de emergencia y les vamos a dar la posibilidad de ingresar todos los neumáticos que necesiten”.

Massa prometió también que “todo el stock retenido e incautado en Aduana va a ser puesto a disposición de las terminales automotrices para que revisen de ese stock qué les sirve y el Estado va a asumir la responsabilidad para que las terminales puedan seguir produciendo”.

El funcionario reconoció que “lo que empieza a ponerse en riesgo son 145.000 puestos de trabajo y casi US$40 millones y la Argentina no se puede dar el lujo de perderlo. Entendemos, además, el riesgo que representa perdernos más de US$200 millones de exportaciones de acá a fin de año y entendemos que no podemos ser de ninguna manera rehenes de situaciones de inflexibilidad y casi de capricho”, dijo en el encuentro convocado de “urgencia”, donde además apuntó contra el “grupo muy chiquito” de sindicalistas que mantiene los bloqueos en las fábricas de neumáticos.

De la cita con Massa en Hacienda participaron la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa), la Asociación de Fabricantes de Componentes (Afac, que nuclea a los autopartistas) y los sindicatos del sector (Smata y la UOM). Además de directivos de las empresas de neumáticos Pirelli, Fate y Bridgestone.

“No podemos ser rehenes de estas situaciones de inflexibilidad y casi de capricho”

Del lado del Gobierno también estuvieron el secretario de Industria, José Ignacio de Mendiguren y el secretario de Comercio, Matías Tombolini.

“El sentido común dice que tendría que haber un arreglo mañana (por hoy). El Gobierno apuesta fuertemente a que prime la razonabilidad y el acuerdo. Lo que no se puede es sentarse a una mesa con extorsiones de pequeños grupos. Hubo 34 reuniones y llega a un momento donde uno tiene que ponerse firme”, advirtió De Mendiguren a la salida del encuentro con los fabricantes de vehículos.

Antes, la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, había apelado a la “sensatez” de las partes para resolver la situación.

En tanto, la entidad que agrupa a las terminales automotrices se quejó por “la radicalización” de las acciones gremiales que “generan incertidumbre en los mercados de exportación por posibles desabastecimientos y afecta los planes de inversión en desarrollo”. Apeló además al “desbloqueo inmediato” de las plantas fabriles y exhortó a que “ambas partes realicen su mayor esfuerzo para que a través del diálogo se solucione este conflicto que pone en riesgo a más de 500 mil familias”.

Los huelguistas, liderados por el titular del sindicato del sector e integrante del Partido Obrero, Alejandro Crespo, sostienen que el salario promedio de un trabajador del neumático es de unos $130.000 y que el incremento del 38% que ofrecen las empresas es insuficiente ante una inflación prevista para fin de año en torno al 100%. Pero dirigentes de Fate aseguran que, de haber aceptado la oferta, el salario bruto mensual hoy rondaría los $400.000 y denuncian que detrás del conflicto gremial hay intereses políticos por los que responsabilizan al Partido Obrero.