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Cristina habló de “salarios por el piso”, inflación y le pegó a la Justicia

Cristina Kirchner hizo una fuerte crítica a su Gobierno, aunque sin hacerse cargo, al hablar de “salarios por el piso”, “inflación del 100 por ciento”, “empleo precario”, suba “desmedida de los precios” y advirtió que “estamos sin moneda”. Lo hizo con una notoria distancia, como si no tuviese nada que ver con la actual gestión, y potenció la grieta con el presidente Alberto Fernández. Sin nombrarlo, también apuntó contra el ex ministro de Economía, Martín Guzmán, quien llevó adelante la negociación para reestructurar la deuda con el Fondo Monetario Internacional. Y afirmó que Argentina va a tener que “revisar” las condiciones del acuerdo con el FMI, por una deuda de 45 mil millones de dólares, que firmó hace un año.

“Vamos a necesitar que los dirigentes políticos en Argentina estén unidos todos juntos frente a nuestro principal desafío que va a ser revisar ese acuerdo. No para no pagar, sino para que nos dejen crecer”, afirmó la Vicepresidenta al exponer en la Universidad Nacional de Río Negro, tras recibir un doctorado honoris causa.

Luego de indicar que el endeudamiento con el organismo iniciado durante el gobierno de Mauricio Macri fue una “catástrofe”, la exmandataria aclaró que no tiene una “cuestión dogmática”, “ni ideológica” con el FMI. Y que tampoco se trata de que no se quiera pagar: “Si te dieron 45 mil millones de dólares, los vas a tener que devolver”.

Pero Cristina insistió en que se van a “tener que revisar las condiciones en las cuales se firmó el acuerdo” con el FMI, al detallar el perfil de vencimientos hasta 2034.

La vicepresidenta argumentó que Argentina tiene “que tener los dólares para las importaciones de todo tipo y para la innovación tecnológica” y que si no, el país puede tener 20 yacimientos hidrocarburíferos como Vaca Muerta u 80 mil toneladas de litio, pero le “van a seguir faltando los dólares”.

La vice dijo que con la combinación de inflación y estancamiento “estamos en el horno”. Y al analizar el contexto de una economía bimonetaria (“no sé cómo vivimos, es un milagro”) apuntó contra la dolarización.

“La primera que va a hacer el sacrificio será la clase media, que es la que más los utiliza, y su empobrecimiento no va a tener límites”, tiró. También cargo contra la convertibilidad.

“Hay que discutir estas cosas y no repetir monocordemente. No más espejitos de colores. Entonces ¿no hay solución? ¡No!” se preguntó y respondió con cuadros comparativos. Y buscó desligar a la evolución de salarios con la inflación y también con el déficit fiscal, al comparar el argentino con los de economías nórdicas y Malasia.

Criticó que la inflación “es del 100 por ciento”, como si no fuera parte del Gobierno, y la comparó con la de su anterior gestión y la que la sucedió. Lo mismo hizo con el nivel del salario real y el empleo actuales (“están por el piso”, dijo) al cabo de la gestión que encabeza junto a Alberto Fernández.

“NO ESTAMOS ANTE UN ESTADO DEMOCRÁTICO CONSTITUCIONAL”

Cristina, en tanto, consideró que a 40 años de la salida de la última dictadura “no estamos frente a un estado democrático constitucional”. Dijo que se encuentra “proscripta” y denunció una alianza entre miembros de la oposición y “el partido judicial”.

“Lo que estamos viviendo en materia de división de poderes, cuando vemos al sector más importante de la oposición aliado con el Poder Judicial, para hacer lo que sabemos que están haciendo… Hoy no estamos en un estado democrático constitucional”, enfatizó.

Allí, la titular del Senado afirmó que a 40 años de la democracia “parece que en Argentina no funcionan los tres poderes” y reivindicó la gestión del ya fallecido presidente Néstor Kirchner, quien “recibió un país con una crisis institucional” y le entregó en 2007 un “estado democrático constitucional, donde cada uno cumplía los roles que tenía”.

De esa manera, afirmó que Néstor Kirchner colocó “a la Casa Rosada como centro del poder democrático” y que el poder legislativo “volvió a hacer lo que tiene que hacer”.

“Me tocó ser oficialista, fue la única época en la que un oficialismo en la República Argentina votaba leyes de las que estaba orgulloso de votar y sancionar. Eran leyes que otorgaban derecho. Habíamos recuperado el poder legislativo”, remarcó.

En esa línea, consideró que el intento de magnicidio que sufrió el 1 de septiembre pasado fue “una ruptura del pacto democrático” establecido en 1983, el cual, explicó, consistió en que se rompiera “el pacto de que no se pudiera ni siquiera pensar que la supresión del adversario era la supresión de la vida”.

En tanto, consideró que durante los gobierno de 2003 y 2015 “hubo una hegemonía democrática”, donde, dijo, “el Parlamento funcionaba a full, porque no sacó ni una sola ley sobornando a nadie y no se obligó (a ningún legislador) a votar”.

“Vino otro partido, y no pudo construir su hegemonía democrática”, apuntó contra el Gobierno de Cambiemos, que, dijo, generó “el tarifazo, la reforma previsional y trajo al Fondo Monetario Internacional (FMI)”.

En ese sentido, consideró que no hubo “catástrofe más grande que el endeudamiento que se produjo entre 2015 y 2019”.