Comenzaron a “trabajar” temprano, apenas pasado el mediodía del miércoles y siempre se los vio armados. Se desconoce si los cuatro formaban parte de una banda. En principio, las sospechas de los vecinos de un amplio sector de la zona norte platense apuntan a que no sólo salieron a robar en grupo, sino que además “se dividieron el área, como si fueran grillas”.
En total se contabilizaron al menos diez asaltos (nueve corresponderían a los sujetos mencionados), algunos en la vía pública, otros en comercios y también en casas particulares. Siempre a bordo de dos motos: una Honda CG de color gris y otra similar de color rojo. Se movieron por las calles de City Bell, Villa Elisa y El Rincón “con total impunidad” y por un lapso de unas tres horas, señalaron los damnificados.
CUATRO casos EN CITY BELL
Por lo que pudieron reconstruir las víctimas en diálogo con EL DIA, el raid delictivo empezó en la carnicería “La Esquina”, de 28 y 481.
Desde allí, tocaron otro negocio en 28 entre 472 y 473, donde además golpearon a un cliente que estaba comprando en ese momento. Eran las 19 cuando los dos maleantes que circulaban en el rodado rojo frenaron en la puerta de la forrajería. Apenas ingresaron, comenzaron a impartir órdenes.
En el local había tres personas: dos mujeres -una de ellas con un bebé- y un hombre. Él recibió un culatazo en la cabeza, en tanto que “a las dos señoras las hicieron tirarse al piso y les robaron todo lo que traían encima”, refirió un testigo.
Minutos después harían una “pasada” por 481 y 11; y Tacuarí y 28, con dos golpes.
Estos mismos sujetos atacarían luego la panadería de 472 entre 19 y 20, a las 19.45, un asalto informado por este medio en su edición anterior. Tamara (45) y Marta (74) le relataron el jueves a este diario cómo fue ese episodio al que calificaron de “muy violento”. “Estaban sacados, agresivos”, afirmaron.
En esa línea se mostró la empleada de la forrajería, quien expresó que “estos tipos están dispuestos a todo, no les importa nada. Es horrible por lo que pasamos”.
No sería esa la última vez que se vería actuar a los ladrones de “la CG roja”, ya que el siguiente objetivo fue un almacén de 28 entre 452 y 453.
EL RINCÓN y VILLA ELISA
En la carnicería y pollajería de 428 entre 26 y 27 lo que vivieron fue “un horror”, reconocieron.
A Romina, la propietaria del inmueble, le avisaron del incidente y enseguida se acercó a dar una mano. Lo que le contaron parecía sacado de una película.
“Entraron dos motochorros armados, le pegaron al carnicero” y redujeron a una empleada tomándola de los cabellos y amenazaron a un cliente, cuya familia -esposa e hijos- “observó todo desde el auto que estaba estacionado frente a la puerta”, señaló.
Les sustrajeron dinero y celulares. Antes de irse, encararon hacia el vehículo con los menores y la mujer, a la que le aseguraron que iban “a hacer boleta” a su marido si decía algo.
Por otra parte, Romina remarcó que “en el grupo de WhatsApp que tenemos con los vecinos, denunciaron que le robaron la moto a una chica y la golpearon”. Y reclamó que “de repente deja de andar la policía y pasan estas cosas. Nosotros nos damos cuenta cuando no hay patrullajes y esta semana fue la peor de todas”.
En su camino delictivo, pasaron también por la casa de ropa Emmia, donde dejaron como “recuerdo” una bala. Gabriel (59), el propietario, aseveró que “uno tenía una pistola Tala calibre 22 con caño largo y el otro una Browning 9 milímetros como las que usaba la Policía”. Lo sorprendieron junto a su empleada en plena labor. “La verdad, me madrugaron porque estábamos ocupados acomodando mercadería”, indicó.
Como en los casos anteriores, los forzaron a arrojarse boca abajo en el piso y “continuamente tiraban la corredera de las armas para amedrentarnos”, resaltó. Con ambos sometidos, hurtaron la recaudación, un teléfono móvil y huyeron. Para Gabriel, “El Rincón es tierra de nadie, los patrulleros pasean. La casa de comidas que funcionaba al lado tuvo que cerrar porque los asaltaron seis veces”.
Unos 10 minutos más tarde, aparecieron en Camino Centenario y 423. “Cuando los vi que frenaron en la vereda, ya me di cuenta de que venían a robar”, le dijo a este diario Mario (50), uno de los dueños de la ferretería “El Centenario”.
Los dos desconocidos, por su parte, repitieron un movimiento que ya tenían ensayado. Mientras uno quedó como campana, su compinche entró en el local. Sin perder tiempo, Mario se escapó “por la puerta de atrás y di la vuelta para intentar agarrar al que se había quedado en la moto”, refirió. El esfuerzo, sin embargo, fue en vano y solo pudo ver cómo escapaban a toda velocidad de la esquina.
“En el tiempo que tardé en dar la vuelta, el pibe que se metió manoteó lo que había en la caja y se subió de nuevo a la moto”, contó, aludiendo a la CG gris.
Por último, en la plaza de Villa Elisa, frentistas escucharon “los gritos de una chica” a la que le habían robado la moto. De acuerdo a los testimonios recogidos, el atraco tuvo lugar en 7 entre 49 y 51 donde “no hay luz, ni en la rambla ni en el espacio verde”, se quejaron.
hartazgo
El común denominador en el relato de los damnificados está relacionado con “la falta de patrullajes y la demora” tras la denuncia, conforme a lo expresado por los entrevistados.
“Lo que vemos es que vale todo, no puede ser que dos pibes -uno de ellos sin casco- recorran media ciudad a bordo de una moto y roben descaradamente sin ser parados por ningún tipo de autoridad”, describió José (63), uno de los afectados por la inseguridad.
