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Cuento del tío en Olmos: a una abuela de 90 años la drogaron y le robaron hasta la ropa

Una jubilada de 90 años fue engañada en su domicilio de Lisandro Olmos mediante un cuento del tío por al menos un delincuente que, luego de drogarla, le robó dinero en efectivo, ropa y electrodomésticos.

Voceros oficiales informaron que el hecho tuvo lugar en algún momento del viernes, en el inmueble ubicado en 47 entre 199 y 200.

La mujer que vive en el terreno lindero -familiar de la víctima, aunque prefirió no ser identificada-, es quien tiene llaves de la casa y todas las tardes, cuando regresa de trabajar, mira para ver cómo está Alicia y verificar que no le falte algo.

Ese día notó algo extraño. Las cortinas de la vivienda estaban cerradas y había una luz prendida en el interior.

“Ella siempre las levanta a la mañana, por eso me llamó la atención. Son detalles que después de 30 años de vivir al lado notás enseguida”, le dijo a EL DIA.

Si bien no se conoce con certeza la hora del asalto, la situación fue descubierta pasado el mediodía del sábado.

Fue una sobrina, que venía de visita, quien se encontró con la escena consumada. “La puerta estaba abierta y la tía tirada en el piso, desvanecida”, sostuvo la fuente.

Sobre la mesa había dos tazas de café y vestigios de una velada en confianza.

Los investigadores sospechan que el ladrón “podría ser alguien conocido o que se ganó la amistad de la damnificada”.

La hipótesis concuerda con lo que piensan sus allegados.

“Seguro dejó pasar a alguien. Es una persona muy buena, a veces confiada, y abusaron de eso”, revelaron a este diario.

Lo cierto es que la persona que realizó la maniobra utilizó una sustancia -presuntamente en la infusión que compartieron- para dormirla. Y, con el lugar libre y tiempo de sobra, se dedicó a recoger objetos de valor y buscar dinero.

El botín consistió de “un televisor, algo de plata y ropa”, aportó la testigo.

El intruso guardó las prendas de vestir en bolsas de consorcio que recogió y vació de la vereda, luego de que los barrenderos municipales juntaran allí las hojas acumuladas en la cuadra.

En tanto, Alicia fue socorrida raudamente por la sobrina y vecinos que se acercaron a prestar ayuda.

Entre los presentes la pudieron levantar y colocar en un colchón.

En ese momento, sostuvo la familiar, “no sabían si estaba mal herida o algo peor, hasta que la taparon con algunas sábanas y comenzó a respirar más fuerte”.

En el hospital Alejandro Korn de Melchor Romero “le hicieron un lavaje de estómago para desintoxicarla, y está consciente pero no se acuerda de nada de lo que pasó”, informó la allegada.

No era la primera vez que algo así ocurría. Tiempo atrás, un hombre que le ofreció cortar el pasto del jardín le pidió “ir al baño”. Alicia, amable como siempre, le ofreció ingresar sin sospechar nada malo.

Unos días más tarde, notarían la falta de seis mil pesos que guardaba en uno de los muebles de la vivienda.

Su familia asegura que Alicia “está súper cuidada. Es una mujer muy independiente a pesar de su edad. Tiene una señora que viene a limpiar la casa y hacer las compras tres veces por su semana, y a un batallón de sobrinas y hermanas que la cuidan”.

“Desde los 29 años que vive sola, cuando enviudó. No le gusta mucho que le anden encima, pero ahora habrá que estar con un ojo más por si acaso”, señalaron.