Inicio Argentina Defiende a víctimas de violencia familiar y fue denunciado por abuso

Defiende a víctimas de violencia familiar y fue denunciado por abuso

“Después de tres intentos de suicidio pude tomar intervención. En el Hospital de Niños me pedían que judicialice el caso porque no se la querían dar. La sacaron con todas sus artimañas, pero R. fue una guerrera y consiguió la forma de seguir en contacto conmigo y cambiar su vida llena de violencia y abuso”. La escena, de uno de los últimos capítulos de por lo menos cuatro años de terror en la vida una niña que hoy tiene 15 años, la contó Ignacio, su tío y artífice de la judicialización de lo que se presenta como otro aberrante caso de abuso sexual en el que está acusado un abogado de la Ciudad en perjuicio de quien es la hija de su pareja.

En la presentación que investiga el fiscal penal platense Marcelo Martini (UFI Nº 3), se señala que la menor sufrió ataques reiterados entre los 8 y los 12 años.

Ese horror, se describe en la presentación, habría terminado ante el cálculo del abusador de que la chica podría denunciarlo, pero el daño dejó en un estado de vulnerabilidad tal a la víctima que intentó suicidarse varias veces, consumiendo pastillas con las que era medicada en lo que aparecía como un trastorno de conducta que nadie asoció con la agresión.

El hombre denunciado, J.E.G. tiene 60 años, es abogado, profesor de artes marciales en un instituto que funciona en el centro de la Ciudad y conoce bien de qué se trata la denuncia, así como el perjuicio que genera semejante agresión: hasta principios de mes se desempeñaba en la Defensoría Departamental que brinda asistencia a víctimas de abuso sexual y violencia de género.

La oficina, de la órbita de la Justicia Provincial funciona en un espacio brindado por la Municipalidad de Ensenada.

Siempre según consta en la presentación, luego del último intento de suicidio, a fines de mayo de este año y mientras estaba internada en el Hospital de Niños, la adolescente le contó a su tío que no quería que J.E.G. viviera más con su mamá N.E.C., sus dos hermanas menores (fruto de la relación de esa pareja) y su abuela en la casa familiar de Olmos, a la que el hombre se mudó hace una década aproximadamente, cuando se formalizó la relación.

La adolescente ya se había escapado varias veces de la casa y pedía que la sacaran de allí. Ante el cuadro, el tío recurrió a la Defensoría del Pueblo y a los especialistas en psiquiatría del Hospital, quienes aconsejaron iniciar un tratamiento y pedir la intervención de un tribunal de familia. Según Ignacio, la madre y su pareja se llevaron a la chica del Hospital e incluso se generó una barrera en la comunicación.

Mensajes

No obstante, la chica y su tío se contactaban en forma secreta a través de mensajes privados de Instagram. Por esa vía le contó que sufrió abuso sexual.

“Le pregunté si le contó a N. Me dijo que sí, pero que ella no lo creyó. Le dijo que estaba loca”, apuntó Ignacio en la denuncia. N. es la madre. En la presentación, el tío continúa relatando que “le pregunté a qué edad se lo contó -a la madre- y me dijo que a los doce. Me contó que después de contárselo a su mamá J.E.G. siguió haciéndolo, hasta que no lo hizo más, por miedo a que ella lo contara”.

Los problemas vendrían desde antes de los 8 años. Se señala en la denuncia, donde hay un testimonio de una tía de la menor, que era agredida verbalmente, con insultos, en un periodo que fue de los 4 a los 7 años. La mujer aportó también que a los cinco años la nena comenzó a recibir medicación “porque comenzó a ver fantasmas que le tocaban los pies y le levantaban las sábanas”.

Según ese testimonio, la nena tomaba varios tipos de droga, pero solo en la escuela recibió algún tipo de asistencia psicológica. Los fantasmas, las escapadas de la casa, el rechazo hacia J.E.G. desde que tenía 11 años o lo que le contó a algunas amigas. Todos, datos que cobraron un nuevo sentido luego de que ingiriera 10 pastillas y después otras 10 y renaciera el vínculo con el tío.

En estos días, recobró el contacto con su padre: “Está feliz con su nueva familia, de su padre y medio hermanos. Hace más de un mes que no toma ni una sola pastilla y está mas lúcida que estos dos delincuentes”, dijo el tío en referencia a la madre y el padrastro.

La adolescente se había escapado varias veces de la casa y actualmente vive con su padre