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Del Cementerio de Darwin a Abasto, el recuerdo de un soldado caído en Malvinas

Durante 37 años la placa “Soldado Argentino solo conocido por Dios” permaneció junto a la cruz del ex combatiente Carlos Alberto Hornos en el Cementerio de Darwin en las Islas Malvinas, pero desde ayer ese símbolo se encuentra en la Escuela Secundaria N°38 de Abasto donde estudió el héroe local. Su familia decidió la donación a ese establecimiento para que sea recordado en su propio pueblo y para que esté presente entre las futuras generaciones. “A partir de hoy haremos una custodia de honor y cada vez que recordemos a todos los soldados que estuvieron en la Guerra, pensaremos en que nunca mas se vulnere el derecho a la vida”, sostuvo Silvia Ottavianelli, directora del colegio.

Carlos Alberto Hornos tenía 19 años cuando le dieron de baja en el Ejército porque iba a casarse con Hilda Pezzolano, pero en abril de 1982 lo reincorporaron al Regimiento 7 para que fuera a la guerra y tuvo que dejar a su hijo de 4 meses, a su esposa, a su madre, hermanos y demás familia. Dos meses después perdió la vida en las Islas Malvinas.

Pedro, su hermano, tenía 11 años cuando Carlos antes de irse a las Islas le encomendó que cuidara a su madre. Ayer, escoltado por Micaela -18 – y Malvina – 15 -, nietas del soldado, sintió la emoción del deber cumplido.

“A él le prometí que la cuidaría y a mi madre, que siempre haría todo lo posible para que nadie lo olvidara”, contó mientras Micaela lucía, pegada al pecho, la medalla de las islas que le regaló Antonio Suárez, el soldado que durante el combate dormía en la misma carpa que su abuelo.

Aunque Carlos Hornos quedó en las Islas para su familia, su figura, lejos de apagarse, permaneció encendida como un faro. Teresa, su madre, no solo mantuvo las cosas de Carlos en perfectas condiciones, repasando una y otra vez sus camisas, sus pantalones, sino que también lo buscó de manera incansable, con desesperación.

Tras identificar sus restos, Teresa pudo viajar a Malvinas para rezarle al pie de la cruz

Tal como ayer recordó Pedro, en cada oportunidad que surgía algún rumor de que había aparecido un soldado en cualquier lugar de Argentina, allá viajaba Teresa con la ilusión de que fuera su hijo. Así indagó en todos los hospitales y donde no la dejaron entrar, hasta se camufló de enfermera. Como su hijo, esta madre libró una batalla para no convencerse de que su hijo ya no volvería.

Cuando finalmente se identificaron sus restos, Teresa pudo viajar a Malvinas para rezarle al pie de la cruz y hace exactamente un año Pedro recorrió los lugares en los que estuvo Carlos en sus últimos meses.

“Yo quería sentir el frío o la lluvia que él seguramente sintió; pensar que cuando escribía nos decía que estaba en un hotel cinco estrellas para que no sufriéramos”, dijo.

Con la medalla de honor, el diploma y la carpeta que recientemente le entregó el Regimiento 7 en reconocimiento a su hermano, Pedro entregó esas distinciones a las nietas de Carlos Hornos. “Me quedo con el honor de haber recibido la medalla”, concluyó.

María Alejandra González, de la Comisión de Familiares de Caídos en Islas Malvinas, se mostró emocionada al “pisar este patio que transitó Carlitos” y afirmó con convicción que si hay un lugar donde “malvinizar” es en las escuelas. También estuvieron familiares de los soldados caídos Néstor Sandoval, Néstor González, la familia del soldado Burgos, de Juan Domingo Rodríguez, de Miguel Aguirre y de Luis Alberto Díaz.

Por su parte, Antonio Reda, presidente de Casa del Ex Soldado Combatiente de Malvinas, destacó que las escuelas fueron las primeras que les abrieron las puertas y los escucharon. También se refirió a los familiares de los soldados caídos y, en particular, expresó su admiración por la lucha de Teresa. “La felicidad siempre es incompleta porque faltan ellos, pero viven en el recuerdo. Dieron su vida por la patria sin pedir nada”, afirmó.

El héroe también fue reconocido por Alejandra Lasarte, de la Junta Vecinal de Abasto: “Fueron a defender la soberanía en una guerra que no entendían”, sostuvo, y le dijo a los alumnos que compartieron el acto: “Carlos era como ustedes y murió por ir a buscar comida porque el Estado no estaba, tenemos que hacer que el Estado trabaje para que no nos cierren los ojos, que se visibilicen las necesidades y se pelee por sus derechos”.