Inicio Argentina Denuncia penal para los organizadores de una fiesta clandestina

Denuncia penal para los organizadores de una fiesta clandestina

En el arranque de la “temporada alta” de festejos juveniles proliferan en la Región las fiestas clandestinas en casas o quintas alejadas del casco urbano, que se promocionan y anuncian a través de redes sociales, sin más reglas que el pago de una entrada o la entrega de una bebida en el acceso.

La muerte de Emilia Uscamayta Curí en la pileta de una propiedad de Romero en la que unos 3.000 pibes celebraban la llegada de 2016 reforzó los controles en este tipo de eventos ilegales. Pero no aflojan.

Tras una denuncia telefónica que hicieron vecinos de Villa Elisa, policías de la Local y agentes de la municipalidad de La Plata fueron a una vivienda de la zona de 135 y 423 para verificar si allí se estaba desarrollando “una fiesta clandestina con cobro de entradas”.

Después de confirmarlo, el personal de la Secretaría de Convivencia y Control Ciudadano “notificó al propietario del lugar para que cesara con el evento” en el que había alrededor de 80 personas, además de labrar un acta contravencional para clausurarlo con la intervención de la Justicia de Faltas.

Pero este despliegue no habría intimidado demasiado al organizador, quien “cerró el ingreso al domicilio y trasladó a todos los presentes al interior de la propiedad, donde volvieron a subir el volumen de la música, continuando con la fiesta clandestina e impidiendo el ingreso de agentes y efectivos”, trascendió de fuentes oficiales.

Frente a esa situación, las autoridades radicaron una denuncia penal por el delito de “desobediencia” contra el dueño del inmueble y organizador de la fiesta, cargo que contempla una pena de seis meses a un año, cuando se la considera grave.

Desde el 19 de septiembre hasta ahora hubo 110 operativos por denuncias al 147

El revuelo duró un rato, hasta que los organizadores resolvieron por fin cortar la música y terminar con la fiesta: para entonces eran ya las 8 de la mañana, según el reporte oficial.

Fuentes del Municipio hicieron trascender que “serán implacables con la denuncia penal correspondiente solicitando un fallo ejemplar contra los organizadores del evento y dueños del inmueble”.

Como se informó en la edición de ayer, el sábado a la madrugada hubo otro incidente grave en Gorina, cuando móviles de la secretaría de Convivencia y Control Ciudadano se dirigieron a 139 y 491 por una denuncia de ruidos molestos, pero unas cuadras antes, en 138 y 485, unos 20 jóvenes los embocaron para lanzarles piedras y atacarlos con palos.

Más allá de algunos daños materiales en dos móviles identificables, nadie salió lastimado. Y las autoridades también radicaron una denuncia penal.

147 y redes sociales

El 19 de septiembre pasado la Municipalidad de La Plata lanzó el Programa Primavera Responsable, para intensificar los controles y frustrar la realización de eventos clandestinos.

Para localizarlos, disponen de los datos que los propios vecinos o denunciantes aportan a la línea 147 y también relevan información de las redes sociales o publicidad callejera, que son las vías que más usan los organizadores para difundirlos.

Voceros de la Dirección General de Inspección de la Secretaría de Convivencia y Control Ciudadano detallaron a este diario que desde el 19 de septiembre hasta ahora se hicieron “110 operativos ante denuncias recibidas al 147 y controles preventivos por fiestas clandestinas sin habilitación en bares, salones de fiestas y viviendas”.

Según la misma fuente, en estas semanas se hicieron 38 clausuras, aunque “muchas veces se desactivan las fiestas por intervención preventiva, ya que se notifica a los propietarios u organizadores al tomar conocimiento del evento y éstos desisten de hacerlo”. Por eso, insistieron en recomendar a los vecinos que “denuncien cualquier evento clandestino al 147”.

En el último trimestre del año pasado se clausuraron y labraron 28 actas de infracción.

Hace casi tres años, Emilia Uscamayta Curí, de 26, murió ahogada en una fiesta promovida por conocidos hombres de la noche, que no tenía permisos para funcionar.