Doce cheques y una amistad unen y separan al camarista federal Eduardo Freiler y al empresario Raúl Mingini. Según el magistrado, su «amigo» le aportó el dinero que le faltaba para comprarse una cupé Mercedes Benz, pero el dueño del Grupo DF se despegó.
«A Freiler lo conocí por mi abogado, que después fue socio mío, Jorge Casanovas, el ex ministro. Me lo presentó durante un evento en el Hyatt o en el Hilton, en 2009 o 2010», declaró Mingini ante la consulta de LA NACION. «Nunca más estuve con él, aunque lo vi de lejos una vez en Pinamar. Él [por Freiler] estaba con sus amigos y ni me vio ni me saludó», dijo.
Mingini afirmó además que ignoraba cómo terminaron sus cheques en manos de Freiler. «No tengo idea, Firmé un montón de cheques. Miles. Pero no recuerdo ésos. De lo que sí estoy seguro es de que no le di un cheque a Freiler ni él me los pidió», sostuvo.
Minutos después, LA NACION llamó a Freiler, que dio otra versión. «Los cheques me los dio un amigo», dijo.
-¿Puede darme el nombre de su amigo?
-Prefiero no hacerlo. Es un amigo que tiene un establecimiento de pastas. Él los puso por mí.
-¿Por qué lo hizo?
-Es un amigo de bastantes años que me dio una mano, nada más. Un amigo de La Plata.
-¿Por qué no quiere dar su nombre?
-Porque no lo quiero mandar al frente, no es necesario.
Buscando en los registros comerciales surge que el dueño de la empresa que libró los cheques es Raúl Alberto Mingini. ¿Es él?
-[Calla unos segundos; baja un tono su voz] Sí, es él… Pero no quiero dar lugar a una nueva historia. Ya la otra vez me llamaron para preguntarme por la casa [de Olivos, por la que el Consejo de la Magistratura inició un proceso] y ahora esto… Además, el auto ya está vendido.
-¿Por qué lo vendió?
-La cosa es que ya está vendido. Fue en diciembre del año pasado.
-¿De 2016?
-Mirá, yo estoy tratando de salir de esto [por el proceso en el Consejo de la Magistratura] y ahora esto… no es necesario.
De inmediato, LA NACION llamó otra vez a Mingini, quien dijo estar hablando con su esposa por otra línea. Unos minutos después, Mingini sí accedió a dialogar otra vez con este diario. «Vos sí que la tenés fácil, ¿eh?», inició el diálogo.
-¿Por qué?
-No, digo, por lo que hacés.
-En realidad por lo que hago he sufrido unos cuantos aprietes y amenazas…
-No, no, quiero decir… respeto tu trabajo.
–El doctor Freiler dice que usted es su «amigo» y que lo es de «bastantes años». ¿Es así? Porque usted me había dicho que estuvo con él una vez…
-Ah, no sé. Eso lo dijo él, no yo. Cualquiera puede decir cualquier cosa.
-¿Pero son o no son amigos? ¿Usted le entregó esos cheques?
-Ya te dije que no. Que [Eduardo Freiler] lo diga en el Consejo de la Magistratura y que me citen a declarar. Voy a explicar que en 2013 estábamos concursados, emití un montón de cheques y se puede comprobar muy fácil que no soy amigo de él.
¿Por qué dice Freiler que es amigo suyo y que por eso usted lo ayudó con esos 12 cheques para comprarse un Mercedes Benz?
-No tengo idea. Pero es un daño terrible que me hace. No sé qué me conviene más, si que me pegoteen con Lázaro Báez o con Freiler… y te aclaro que a Lázaro no lo conozco ni en pedo.