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Edelap anunció que terminó de reparar el caño, en otra jornada de incertidumbre y relatos vecinales dramáticos

Edelap emitió esta tarde un comunicado en el que asegura que reparó el cable que se rompió y dejó a toda la zona Norte de la Ciudad sin luz desde el sábado y por el cual se montó un operativo sin precedentes. En el mismo asegura que «el cable subterráneo de Alta Tensión (de 132 kilovolts) que abastece a la Subestación City Bell ya se encuentra operativo y en condiciones de suministrar energía a la zona norte de La Plata. El personal se dispone en estos momentos a llevar adelante el complejo proceso de reconfiguración de la red y el retiro de los 66 grupos electrógenos (con una capacidad de 74 MVA) que fueron instalados en la zona, incluyendo el Parque Generador movilizado desde Rosario, para retornar a la provisión de energía desde la subestación». Luego agrega que «el primer paso será la desvinculación del principal nodo del Parque Generador montado al pie de la propia Subestación City Bell (en el Camino General Belgrano y 465). Este proceso se llevará adelante en las próximas 2 horas por lo que los usuarios percibirán interrupciones momentáneas del servicio».

Asimismo, la empresa sostuvo que «se retirarán paulatinamente los Generadores dispuestos distintos puntos de la zona norte, recuperando en cada punto el suministro de electricidad habitual de la red lo que también requerirá de una interrupción del servicio momentánea. Este despliegue será más prolongado y demandará de un trabajo arduo que se extenderá durante toda la tarde y noche de hoy», e informó que «más de 500 ingenieros, operarios y técnicos de EDELAP continúan trabajando sostenidamente en el enorme despliegue que se llevó adelante para resolver la salida de servicio de la Subestación City Bell y en el marco del Plan Operativo de Emergencias que posee la empresa.  La puesta en servicio nuevamente del tendido afectado, es alcanzada tras haber finalizado con éxito una compleja reparación que fue llevada adelante por personal especializado que trabajó sostenidamente, las 24 horas y bajo condiciones climáticas adversas».

Penurias vecinales

La otra cara del corte es la de la bronca vecinal. El gigantesco apagón que se originó el fin de semana dio lugar a diversas situaciones de desesperación y angustia. Entre estas, debe destacarse la que dieron cuenta esta mañana vecinos que no tienen luz desde el momento en que cesó el servicio. Son quienes ya transitan por el quinto día consecutivo en plena oscuridad, con incertidumbre, mucha bronca y rogando que la temperatura no continúe en baja, puesto que no pueden hacer uso de la calefacción eléctrica.

Se trata de usuarios que, después del corte, en ningún lapso contaron con energía, es decir, aquellos a los que el plan de contingencia que llevó a cabo la compañía a cargo de la distribución de electricidad, al parecer, no contempló, según hizo saber de sus propias palabras José Luis Zaidman, de 499 entre 23 y 24, Gonnet.

«Nunca volvimos a tener luz», resumió el hombre, para quien el sábado, día de inicio del apagón, ya quedó demasiado atrás y todo pareciera ser una pesadilla que arrastran desde hace mucho más tiempo. «Tuvimos que tirar toda la comida en la heladera y el freezer. Lo que pude lo cociné», contó sobre los problemas que le ocasionó esta prolongada interrupción del suministro. Según lo detallado a este medio, hasta donde pudo observar, en su misma situación se encuentra familias que viven en un radio que comprende el Camino Belgrano y las calles 25, 497 y 499.

Silvana Ollier, de 422 y 23, es otra usuaria que permanece a oscuras desde el minuto uno del corte. A eso se suma que tampoco tienen agua, con lo cual la situación, según calificó, «es desesperante». «Vivimos a una cuadra del Belgrano y Arana y desde el sábado no tenemos luz ni agua. Es una vergüenza, llamamos permanentemente Edelap y siempre contestan que a la brevedad se va a solucionar», afirmó.

Para la mujer, este cuadro de padecimiento «es aberrante porque las boletas son de 2 mil pesos y uno supone que pagando eso esas cosas se subsanan y que se prevé lo que está pasando. No puedo salir de mi casa porque no tenemos una gota de agua ni luz». Del mismo modo que en el caso anterior, relató que «perdí todo lo que tenía en la heladera». Y mucho más grave aún es que a causa del apagón pudo haber perdido una oportunidad laboral: «No sé si perdí trabajo porque me presenté a un concurso en La Plata y vía mail me contestaban, pero no pude enterarme».

Los dramas llegan hasta el Barrio Jardín, ubicado cerca del empalme con la Autopista en Villa Elisa, dijo FS (iniciales del denunciante, quien prefirió preservar su identidad). Tampoco allí desde el sábado a las 21.47, cuando comenzó el calvario, cuentan con aprovisionamiento de electricidad. «Las familias estamos teniendo los típicos problemas de los corte de luz de esta magnitud. Se complica la limpieza, el aseo, lavar la ropa. Y ahora que hace frío, uno no se puede calefaccionar», deslizó. Lo más grave, agregó, es el panorama que se presentó en el hogar de ancianos «Dardo Rocha», donde se alojan unos 21 abuelos. «Ellos tienen un generador, pero no alcanza para todas las tareas que se deben realizar allí. Además, deben ponerle combustible. Se les está complicando con le lavarropas y con el secarropas. Esta entidad depende de la órbita Municipalidad», señaló.

Por su parte, Alicia Asenjo, vecina de dicho barrio, pintó un crudo relato de lo que ocurre en la institución: «Están con un generador pero no hay agua como para lavarlos ni higienizarlos. No quiero entrar en detalles de lo que todo esto implica para estos abuelos y para el personal que trabaja allí. No están teniendo la ayuda de la delegada, ni tampoco han recibido combustible. Está comprando todo con dinero de la cooperadora», graficó.

La falta de servicio eléctrico se siente también en Gorina, según dio cuenta Gastón Quintana desde 134 y 478, barrio Los Sauces. En este caso, la preocupación gira en torno al tema de la seguridad, ya que en el último tiempo se sucedieron una serie de delitos. Gastón sostiene que «con este corte de luz ahora es una boca de lobo y realmente estamos viviendo con miedo». De acuerdo con su relato, «muchos vecinos mandaron a sus familias a otro lado y se quedan los hombres a cuidar sus casas». «Lo único que queremos son respuestas contundentes, la gente está con miedo, es desesperante», puntualizó.

Por su parte, Carolina Jodurcha, afirmó esta mañana que el corte en Gorina persiste desde el sábado y abarca, hasta donde pudo corroborar, de 131 a 133 y desde 485 hasta 480.  «Acá no llegaron generadores ni planes de contingencia, queremos desmentir esas versiones, ni tampoco asistencia estatal», sentenció.

Fabiana Kirschenheuter, del barrio Santa Ana de City Bell, señaló que en torno al drama del servicio eléctrico que quedó expuesta «la diferencia en las condiciones en que muchos vecinos vivimos,arreglándonos como podemos,ayudándonos entre los vecinos del mismo barrio», al tiempo que pidió «trato igualitario para todos los vecinos». 

«Nadie pudo en todos estos años ,cuando digo años me refiero a todos los gobiernos que fueron pasando, hacer nada para mejorar las condiciones de vida de todos estos barrios», se interrogó al hablar de «políticas discriminatorias» en City Bell

Y graficó que  «siempre recibimos el descarte de otras zonas a las cuales modernizan y atienden». En ese sentido, enumeró una serie de problemas como «conexiones de agua corriente de cuarta justo en las zanjas por donde corren desperdicios cloacales porque los pozos están saturados, porque por aquí el servicio de conexión a la red cloacal tampoco existe ni existirá porque a nadie le importa; los basurales a cielo abierto que se forman con basura de otros lados; los terrenos abandonados por sus dueños, llenos de roedores y alimañas; calles que se arreglan a medias».

Velas y agua por las nubes: el gasto extra del apagón

Teresa Spina vive en la cuadra de 30 entre 414 y 415 y es otra usuaria que está sin luz desde el sábado. Según consignó, la situación, además de todos los problemas que se le presentan en el hogar, demanda un gasto económico extra que se potencia con los elevados precios de los productos. Con la casa a oscuras y sin agua, asegura que debe gastar 50 pesos por cada paquete de velas con cuatro unidades y hasta 150 pesos por un bidón de agua. «Quién me paga todo lo que perdí, toda la plata que gasté en estas 85 horas sin luz. Nadie nos escucha», relató.