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El blindaje oficial incluye obras y aumentos salariales pero sigue discutiendo las Paso

En el oficialismo bonaerense el debate está abierto y afloran opiniones divergentes. Se trata de una discusión que viene apremiada por el almanaque y que, a más, tardar debería saldarse el mes que viene.

Qué hacer con las elecciones Primarias aparece una vez más en escena. La discusión surge solapada por una cuestión de táctica política: para el Gobierno nacional, hoy la prioridad pasa por no introducir elementos perturbadores en el trámite parlamentario de la aprobación del Presupuesto. Cuando ese debate se salde, se verá qué hacer.

La Provincia está atada a esa decisión. Si las Paso se caen a nivel nacional es casi un hecho que lo mismo sucederá en el principal distrito del país. Sin embargo, comienzan a surgir opiniones en el Frente de Todos contrarias a terminar con esa cita electoral anticipada que debería jugarse en agosto. No se trata ya de los movimientos sociales ligados al Presidente o los gremios de la CGT que pujan por espacios en las listas y reclaman que los dejen competir: también sectores ligados al propio kirchnerismo estarían comenzando a reevaluar sus planes.

Es una estrategia que está continuamente en revisión. Hay quienes se inclinan en avanzar con la suspensión con la idea de complicarle la vida a Juntos por el Cambio. La coalición opositora atraviesa internas feroces que sólo podrían alcanzar alguna dosis de paz pasando por el tamiz de la voluntad popular.

Pero hay quienes en el propio oficialismo bonaerense comienzan a ver un escenario de final incierto si se fuerza esa situación. Algunos dirigentes ya se preguntan si una eventual ruptura de la coalición pudiera terminar dando espacio a la construcción de otra, entre el PRO y los libertarios. “Y si los terminamos potenciando?”, es la pregunta que empieza a dar vueltas en algunos despachos oficiales.

Funcionarios cercanos a Axel Kicillof empiezan a analizar ese posible desenlace. Prefieren, en todo caso, enfrentarse a lo conocido, la coalición original de Juntos por el Cambio. Ese análisis no está carente de otras especulaciones: Javier Milei y su candidato a gobernador podrían dividir fuertemente el voto opositor y allanarle el camino a la reelección.

Otro aspecto importante empieza a dar vueltas en el horizonte y que tiene que ver con las necesidades propias del Frente de Todos. Las Paso podrían ser una instancia importante para abortar amagues de ruptura. También, para potenciar a los candidatos que salgan triunfantes. El propio Kicillof no vería con malos ojos la alternativa de competir contra algún referente peronista del Conurbano.

Esta cuestión que mezcla deseos y conveniencias se analizó hace algunos días en la cumbre que el Gobernador mantuvo con Máximo Kirchner, intendentes y funcionarios en la que se habló de “blindar” la Provincia ante el incierto escenario nacional. Es decir, poner toda la carne en el asador para retener el gobierno provincial y uno de sus ejes centrales pasará por conservar los municipios, en especial los del Conurbano. Acaso como señal inequívoca de que el oficialismo sigue analizando el tema, no hubo decisión respecto de las Paso en esa cita. Se pateó el tema para el 5 de noviembre, cuando se celebre el Congreso del PJ bonaerense en Mar del Plata.

Juntos por el Cambio también analiza ese escenario con detenimiento, más aún luego del lanzamiento de José Luis Espert en la Provincia. El economista escucha ofertas de la coalición para sumarse a una Paso, tal el deseo de Horacio Rodríguez Larreta y su delfín bonaerense, Diego Santilli. El objetivo es doble: que el economista liberal no se vaya con Milei y potenciar los votos de la alianza opositora. Quizás haya otro objetivo válido pero menos altruista: sacarle votos por derecha a su contrincante dentro del PRO, Patricia Bullrich.

Esa ingeniería tiene varios inconvenientes y piezas sueltas. Por caso, con qué candidato presidencial iría enganchado Espert en esa Paso de Juntos. Tampoco es seguro que el diputado nacional termine en Juntos por el Cambio: de hecho diversos dirigentes que orbitan Avanza Libertad están trabajando para reconstruir el vínculo roto con Milei.

Conviene volver a aquella reunión peronista en la Gobernación en la que se ventiló una inquietud doble. La primera, tiene que ver con la inflación y su impacto sobre los salarios. La otra, con los interrogantes que genera la falta de un candidato presidencial definido en el Frente de Todos. “La elección bonaerense siempre se nacionaliza. Podremos hacer todos los esfuerzos pero si no ayuda la economía, va a ser difícil”, blanquean en el oficialismo. Y anotan la excepción que confirma la regla: sólo una vez, desde la restauración de la democracia, ganó la Provincia un candidato de otro signo político que el del presidente electo. Fue en 1999, cuando Fernando De la Rúa llevó la Alianza a la victoria y el Ejecutivo bonaerense quedó en manos de Carlos Ruckauf, beneficiado en aquél entonces por la colectora que le aportó la boleta nacional de Domingo Cavallo.

Kicillof, con todo, bajó un mensaje esperanzador para los intendentes. Dijo que no les faltarán recursos para hacer obras y pagar aumentos salariales que queden por encima de la inflación. De hecho, su propia gestión acaba de estirar al 94 por ciento la pauta de mejora en los sueldos de los estatales. La Provincia ha recibido este año generosos recursos nacionales y nadie espera que eso vaya a cambiar en 2023.