Por primera vez desde su surgimiento, el 22 de agosto de 2016, el triunvirato de mando de la CGT convoca a su consejo directivo sin la unanimidad de los tres jefes. Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, los representantes de Hugo Moyano y Luis Barrionuevo en la cúpula sindical, activarán el miércoles un plan de lucha cuyo punto de partida será el 22 de febrero, en una protesta callejera que impulsa el gremio de los camioneros.
Héctor Daer, representante de «los Gordos» (grandes gremios de servicios) no avaló la convocatoria y su sector no estará hoy presente en Azopardo 802. Daer, junto con el bastión autodenominado «independientes», que integran Gerardo Martínez y los estatales Andrés Rodríguez y José Luis Lingeri, buscan afianzarse como el interlocutor sindical válido con la Casa Rosada. En el Gobierno los identificaron como el «ala dialoguista» de la CGT.
En medio de la escalada retórica entre Mauricio Macri y Moyano, el sector más combativo de la CGT intentará hoy reunir adhesiones para la movilización del 22 de febrero, cuyo epicentro podría ser la Plaza de Mayo.
Schmid y Acuña dan por descontado el respaldo de los gremios que participaron el 18 de enero de un asado en Mar del Plata y se tendieron puentes para sumar a las dos CTA, a la izquierda sindical y a gremios cegetistas que están hoy alejados de la central, como los bancarios y aceiteros. Ambos creen que la profundización de los recortes en el sector público y privado, con conflictos casi a diario, le darán incluso más vigor a la protesta.
Retomarán además el el documento acordado por Moyano y Barrionuevo, en el que dominaban las crítcas contra el rumbo económico del Gobierno y se advertía del rechazo a paritarias en torno al 15%. También denuncarion una persecución oficial y judicial contra los sindicalistas.
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