La renuncia al cargo de procuradora general que presentó Alejandra Gils Carbó es a partir del 31 de diciembre, ya que formalmente se encuentra de licencia. Pero Gils Carbó no va a volver al cargo y su reemplazante, Eduardo Casal, ya empezó con el proceso de cambios.
Casal, interinamente en el cargo por ser el procurador ante la Corte con más antigüedad, cubrirá la vacante hasta que Mauricio Macri elija al nuevo jefe de los fiscales y el Senado le dé su acuerdo. Todo indica que va a ser un interinato largo. Conseguida la renuncia de Gils Carbó, la Procuración dejó de ser un tema urgente para la Casa Rosada. «Estamos muy cómodos con Casal -dijo a LA NACION una alta fuente del Gobierno-. Es un funcionario serio. No hay ningún apuro por reemplazarlo».
El cálculo de los funcionarios del Poder Ejecutivo que trabajan en el tema es que, por la complejidad del procedimiento, el nuevo procurador no podría estar nombrado de ningún modo antes de abril, pero que sin apuro político, el trámite va a demorar bastante más. Por lo pronto, el acuerdo a un eventual candidato de Macri no será tema de las sesiones extraordinarias del Senado.
En el Gobierno celebran además que ya haya empezado el «recambio» en la Procuración. Los funcionarios más cercanos a Gils Carbó y los que trabajaban en el diseño de su políticas centrales fueron reemplazados por Casal por gente de su confianza. Varios fueron reubicados en otros cargos y algunos volvieron a sus puestos anteriores, como Lisandro Pellegrini, ex mano derecha de Gils Carbó, que tenía el cargo de secretario de Coordinación Institucional y volvió a la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, que dirige Jorge Auat. A esa misma procuraduría regresó Félix Crous, uno de los referentes de Justicia Legítima, que hasta la llegada de Casal dirigía la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin). En ese cargo está ahora Andrés Heim, recientemente nombrado fiscal y ex secretario letrado del juzgado federal a cargo de Daniel Rafecas. «Heim es un funcionario que ya había trabajado en la Procuración en temas que hoy integran los temas de la Procuvin», dijo Casal.
En otros casos, funcionarios cercanos a Gils Carbó eligieron nuevos destinos dentro de la Procuración con el aval de Casal, como Luis Villanueva, que era el director de Comunicación Institucional y pasó a trabajar como secretario letrado en la fiscalía de Mónica Cuñarro. Lo reemplazó en Comunicación Miguel Durrieu.
En cuanto a Gils Carbó, fuentes cercanas a ella dijeron a LA NACION que no va a volver a la Procuración (seguirá de licencia hasta fin de mes) y que está analizando propuestas de trabajo. Dicen en su entorno que recibió ofertas de ámbitos académicos, de organizaciones de la sociedad civil y de un estudio que se dedica al derecho comercial (su especialidad antes de ser Procuradora). Su sucesor interino, Casal, hizo toda la carrera en Tribunales, adonde entró como pinche en 1977, antes de cumplir 20 años. Especialista en derecho penal, fue nombrado secretario letrado a los 24, cuando se acababa de recibir, por Julio César Strassera, el fiscal del Juicio a las Juntas, que por entonces era juez de sentencia. Quien sucedió a Strassera al frente de ese juzgado fue Carmen Argibay, que después fue jueza de la Corte Suprema. «Una mujer excepcional, incorruptible», dice Casal. Argibay fue quien lo recomendó para trabajar en la Procuración hace 30 años. Se mudó al despacho que fue de Gils Carbó en el edificio de Perón 667 (por cuya compra ella está procesada), aunque alterna entre las distintas sedes de la Procuración. Los tres funcionarios en los que Casal descargó las tareas más importantes son Juan Manuel Olima Espel, Juan Pablo Ugarte, que será el nuevo titular de la Secretaría General de Administración y Juan Manuel Casanovas, que quedó a cargo de la Secretaría Disciplinaria y Técnica.
