«Está complicado.» La afirmación, que describe la visión del Gobierno sobre lo que ocurre en Santa Cruz, pertenece a uno los principales hombres de confianza del presidente Mauricio Macri. El Gobierno sigue con atención y preocupación la situación en la provincia que gobierna Alicia Kirchner, a la que continuará asistiendo económicamente, aunque le reclama que «se haga cargo» del Estado en que se encuentra.
En la Casa Rosada se quejan de que la gobernadora, hermana y cuñada de los ex presidentes Néstor y Cristina Kirchner, «se victimiza, pero no está dispuesta a hacer reformas de fondo ni quiere pagar el costo político» por sus decisiones.
«Lo que hay que hacer en Santa Cruz es ir ordenando gradualmente el desequilibrio fiscal y trabajar en el fortalecimiento de las instituciones, como corresponde, como exige la ciudadanía a nosotros y a ellos también», dijo el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, encargado de hablar sobre lo que pasa en la provincia.
Entre 2007 y 2015, el empleo público creció un 55%; hoy, uno de cada diez habitantes de la provincia es empleado estatal (duplica el promedio provincial). Además, Santa Cruz es la jurisdicción más deficitaria del país.
Según informaron fuentes oficiales, en lo que va del año el Gobierno envió adelantos por $ 1170 millones; son fondos destinados al pago de sueldos provinciales. El último año se enviaron otros $ 1860 millones. Incluso, la semana pasada se transfirieron otros $ 205 millones por la devolución de lo que se le retuvo en el primer trimestre por el Programa de Desendeudamiento.
Además, en 2016, el Gobierno envío más de $ 8900 millones por coparticipación. Y para este año la provincia recibirá $ 11.200 millones.
«Nosotros venimos trabajando, no para el gobierno de Santa Cruz, sino para los santacruceños, desde el primer día de gestión del presidente Macri. Así como dijimos que nos encontramos un Estado desmantelado, quebrado a nivel nacional, también ocurrió lo mismo en Santa Cruz», describió Frigerio, que ayer habló con el vicegobernador Pablo González.
La seguridad de Cristina
En el Gobierno también miran con inquietud la violencia de manifestantes que anteanoche atacaron la residencia de la mandataria provincial, donde se encontraba la ex presidenta Cristina Kirchner.
Si bien el Gobierno no recibió un pedido de la provincia para reforzar la seguridad, sí se fortaleció la custodia de la ex mandataria. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, informó ayer que tenían equipos preparados para actuar «en caso de que la situación de seguridad de la ex presidenta lo requiriese».
Por la agresión, el Presidente se solidarizó con la mandataria provincial. «Muy grave el ataque a la residencia de la gobernadora Kirchner. Repudiamos la violencia como método, siempre», dijo Macri desde su cuenta de Twitter.
Las palabras del jefe del Estado no cayeron bien en la familia Kirchner. Máximo Kirchner calificó de «muy grave el ataque» y acusó a Macri de «cínico» e «hipócrita». La ex presidenta responsabilizó al Gobierno. «Esta no es la Argentina que nos prometieron», dijo Cristina Kirchner.
Al menos cuatro personas resultaron heridas anteayer cuando la policía de Santa Cruz reprimió una manifestación que, pasada la medianoche, había intentado ingresar a la residencia oficial en Río Gallegos.
Aunque el clima de tensión que atraviesa la provincia desde hace varios meses se recrudeció en los últimos días, el gobierno nacional no tiene en su carpeta intervenir Santa Cruz. «El Estado nacional va a estar presente dándoles ayuda como lo venimos haciendo desde el primer día de nuestra gestión, pero ellos se tienen que dejar ayudar también», manifestó Frigerio.