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El Lobo fue una sombra, pagó caro los errores y cayó en la Fortaleza

Walter Epíscopo

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No puede ser para el equipo de Pedro Troglio. Y menos así. El Lobo dejó una imagen muy pálida, sobre todo en el primer tiempo, y cayó sin antenuantes ante Lanús por 2 a 0. Es la sexta derrota al hilo lejos del Juan Carmelo Zerillo para un plantel que deberá recuperarse ya que asoma Defensa y Justicia.

diferencias claras

Desde el inicio mismo del partido, el Granate fue dominador y avisó. Ante un Lobo timorato en la presión, que poco inquietó a la última línea y que estuvo impreciso y sin ideas para construir, el equipo de Zubeldía manejó el ritmo del partido a gusto y en la primera aproximación ya generó una alerta.

Un centro cruzado desde la izquierda, sector por el que llegó lo mejor del local, terminó por inflar las redes, pese a que Echavarría lo anuló erróneamente para darle cierta prórroga a la agonía Mens Sana.

Pese a un sacudón que al final no fue, el Lobo nunca despertó. El Granate continuó con su plan de monopolizar la pelota ante un mediocampo Tripero que ni marcó, ni jugó, y ante una última línea albiazul que tuvo que aguantar y resistir cada embestida local. A resistir, a eso jugó ayer el equipo comandado por un Pedro Troglio que pasó de la impaciencia y el nerviosismo a la resignación.

Sobre los 33´de la primera etapa, otro centro cruzado sin cobertura, terminó con un despeje cortó que rápidamente volvió al área y que Piovi, con un intento desesperado por rechazar, se llevó puesto con su pierna hábil a un Lautaro Acosta que lo anticipó y generó la pena máxima. Penal, Sand y gol para el Granate. Justo, ante el letargo de un Gimnasia dormido, sin deseo ni rebeldía.

Los minutos posteriores marcaron la misma tónica: un equipo perdido y sin brújula, que deambuló por un Néstor Díaz Pérez sin un Norte. Sin embargo, cuando parecía que el primer tiempo iba a culminar con la justa, pero escasa diferencia, otro descuido desnudó la realidad de un equipo que no puede equivocarse.

Marcelino Moreno escaló por izquierda nuevamente ante un Comba que nunca lo pudo controlar y ensayó un remate fuerte, certero, que contó con la complicidad de Martín Arias. El guardameta Tripero desvió el disparo para su izquierda, para un Di Plácido completamente sólo dentro del área, quien cruzó el remate, puso el 2 a 0 y generó la resignación de un Troglio que fue espectador del minuto restante.

el complemento, más de lo mismo

En la segunda etapa, Troglio intentó generar reacción con los ingresos rápidos de Alexi Gómez y Tijanovich. El peruano entró bien y acercó cierto peligro junto con un Comba que se mostró mejor en el complemento. Sin embargo, las intenciones de Gimnasia quedaron en eso y Lanús se dedicó a continuar haciendo lo que había hecho en la primera mitad: mover la pelota ante un Tripero inexpresivo y sin rebeldía.

Prácticamente sin sobresaltos, salvo por un córner en el que Coronel no tuvo puntería, se fue una segunda etapa que evidenció más de lo mismo: el hecho de que al equipo de Troglio, sin intensidad, sin precisión y con claros errores y desajustes en el mediocampo, se le puede volver cuesta arriba cualquier situación.

Pasó al partido ante Lanús, con saldo plenamente negativo. No sólo por 0-2 y por la sexta derrota consecutiva en condición de visitante, sino porque el equipo nunca logró rebelarse ante el primer golpe y cayó en una parsimonia que no puede permitirse si quiere salir airoso de la compleja lucha por el descenso.

Será cuestión de barajar y dar de nuevo para preparar el partido ante un duro rival, como lo es el Halcón de Varela, que aterrizará en el Bosque en apenas una semana.