La Justicia determinó que hay ADN de Fernando André Sabag Montiel en el arma que empuñó para atacar a Cristina Kirchner el pasado jueves 1° de septiembre. Se encontraron rastros genéricos en el gatillo, la empuñadora y en la corredera. Se trata de una Bersa calibre 32 que al momento de gatillarse tenía 5 balas.
Esta pericia complica aún más la situación de Sabag Montiel que permanece detenido y que se negó a declarar.
El arma hallada en el lugar del hecho tenía cinco proyectiles, pero ninguno de ellos en la recámara, aunque se comprobó que estaba apta para disparar.
Fuentes vinculadas a la causa, explicaron que el no hallazgo de huellas digitales pudo deberse a «manoseo» y a las «pisadas» que hubo en la pistola cuando se produjo el tumulto entre los militantes para detener a Sabag Montiel.
El peritaje hecho por la División Balística de la Policía Federal Argentina (PFA) determinó que el arma secuestrada era apta para el disparo, pero que no tenía un proyectil en la recámara. Esa definición de “apta para el disparo” es un término usado en los expedientes judiciales, ya que si un peritaje comprueba que un arma no estaba en condiciones de generar un daño, los abogados defensores solicitan atenuar la calificación del hecho.
El origen del arma
La pistola, al parecer, fue robada hace diez días a la familia de un amigo del tirador, según confirmaron. El último propietario del arma en cuestión fue un empleado de seguridad de apellido Herrera, quien murió hace aproximadamente un año.
La Bersa Thunder se encontraba en una valija con elementos personales del fallecido, pero según aseguró la hermana del vigilador, la misma había desaparecido hace unos diez días.
Ahora la jueza federal María Eugenia Capuchetti, el fiscal Carlos Rívolo y el equipo especial de la Policía Federal buscan determinar si el robo lo realizó el propio Sabag Montiel o contó con la ayuda de un cómplice.
Justamente el acusado como tirador de la Vicepresidenta era «amigo de hacía muchos años» de Herrera, quien en 2002 había hecho los trámites legales Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC) por la propiedad de la Bersa Thunder.