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Encontraron el teléfono celular de la odontóloga, pero no hay rastros de ella

La mujer que a las 4 de la tarde del miércoles pasado encontró un celular en un paredoncito de 1 entre 40 y 41 no imaginó que podía tener relación con un caso policial del que terminaría hablando todo el país. De hecho, recién lo supo el lunes, cuando en las fotos de Gissella Solis Calle (47) que mostraban los medios reconoció a la mujer vestida con un ambo de odontóloga que había visto en aquel teléfono.

Ya no tenía el chip, pero de cualquier modo se presentó ante la DDI para entregar el aparato, confirmaron fuentes policiales y judiciales, que coincidieron en decir que el móvil “está vacío porque lo resetearon”, pero coincide el IMEI y el hallazgo ayuda a reconstruir lo que pasó después de la última comunicación que la profesional mantuvo con su familia, el 15 enero por la noche.

Lamentablemente, en la cuadra donde apareció el teléfono no hay cámaras que hayan registrado quién lo dejó ahí, aunque buscan en los alrededores.

Mientras tanto, avanza la investigación para saber dónde está Gissella, después de que su pareja y principal sospechoso, Abel Campos (55), se suicidó de un tiro en la cabeza cuando la policía fue a buscarlo al hotel donde buscó refugio.

A las 10.30 de ayer, 200 policías, entre personal de DDI, Comando, Infantería, Caballería con 10 equinos, rescatistas de Bomberos Oficiales con buzos tácticos, kayacs y botes y guías con 6 perros rastreadores, se desplegaron durante varias horas en las inmediaciones del arroyo Rodríguez, en City Bell, siguiendo una pista verosímil.

El terreno está situado a unos 400 metros de la casa de Campos y testigos informaron a la familia Solis que vieron en la tierra las huellas de una camioneta. En una primera aproximación los detectives verificaron que el rastro de la pisada era de una rueda genérica, pero como era compatible con las de la Nissan X Terra amarilla en la que se movilizaba Campos, la fiscal Ana Medina ordenó el rastrillaje.

“El hombre vivía cerca de acá. En el caso de que hubiera sucedido lo peor, uno cree que la tiró en un río, en un descampado”, dijo Fabiana, cuñada de la odontóloga, en declaraciones a la prensa.

La mujer detalló que, de hecho, algunos allegados realizaron una búsqueda por la zona “por su cuenta porque queda cerca de la casa de Abel”.

Encabezados por el jefe de la DDI Néstor Muñoz y bajo un sol que no dio tregua, los policías rastrillaron casi 3 kilómetros por tierra y por agua, a partir del kilómetro 46 de la bajada de la Autopista en Villa Elisa, en sentido a la ciudad de Buenos Aires.

En el lugar estuvieron presentes familiares de Gissella, a quienes les mostraron los elementos que fueron encontrando, como un par de sábanas y una zapatilla, que no reconocieron como pertenencias de la odontóloga, dijeron las fuentes consultadas por este diario.

“El calzado definitivamente no es suyo”, indicó un pesquisa, advirtiendo que las sábanas generaron algunas dudas porque “están en muy buen estado y faltaban las de la cama de Gissella”.

“Hay 200 efectivos trabajando y desde el lunes a las 12 de la noche están levantando huellas Yo sigo creyendo que la vamos a encontrar viva”, destacó Fabiana.

El operativo terminó poco antes de las 3 de la tarde. Anoche los detectives analizaban algunos testimonios, seguimientos de GPS y telefónicos para delinear futuros objetivos a rastrillar, investigación que avanza en modo hermético.

Sí trascendió el resultado de la prueba con luminol que los peritos de Científica hicieron el martes en la camioneta de Campos.

En un primer momento el test arrojó “positivo” en el asiento trasero y el baúl, pero un análisis posterior determinó que la sustancia que activó al líquido no “era sangre. Suele dar ese tipo de resultados con elementos como el óxido o el cloro”, refirieron, antes de ratificar que “es una prueba importante, no concluyente”.

El mismo peritaje se hizo antes en el departamento de la mujer, también con “falsos positivos”, por lo que los detectives imaginaron desde el principio “una escena sin sangre”, compatible con el resultado del estudio en la camioneta.

La mujer que halló el celular le tiró el chip y lo entregó a la DDI cuando supo de quién era

Como se ha venido informando, el rastro de Solis se perdió en su casa de 127 entre 57 y 58, del barrio Villa Argüello, en Berisso, donde vive sola. El último contacto fue telefónico, el martes 15 a la noche, con un pariente.

“Ella los miércoles se queda en La Plata a hacer trámites, pensamos que se había dedicado de lleno a sus cosas. El jueves tampoco tuvimos contacto y, si bien estábamos preocupados, pensamos que podría estar aún con esas tareas”, explicó Mariela Solis Calle (51), su hermana, sin pasar por alto que mientras la relación con Campos iba bien, Gissella dedicaba ese día a estar juntos.

Después de que el jueves 17 los contactó el director de un centro médico porteño en el trabaja Solis para avisarles que “no se había presentado y los pacientes la estaban esperando”, los familiares llamaron a sus amigas, recorrieron hospitales y trataron de comunicarse con Campos, una vez que consiguieron su teléfono.

Su explicación habría sido que a las 8.30 del miércoles discutió con Gissella “muy fuerte”, que fue a su trabajo en IOMA para fichar el ingreso y que regresó a la casa a eso de las 9 con la intención de continuar la charla, pero ella “no le abrió más la puerta”. No se presentó a declarar. Y se quitó la vida.