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Estudiantes apeló a la pelota parada para pasar a Octavos

Lautaro Segura

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Estudiantes pisó fuerte en el Florencio Sola y se metió en los octavos de final de la Copa de la Superliga venciendo por 2-0 a Banfield (2-1 en el resultado global) gracias a los goles de Facundo Sánchez y Nicolás Bertolo en contra, que nacieron desde pelotas paradas. El equipo comandado por Gabriel Milito mostró una cara totalmente distinta a la del encuentro de ida y se impuso con justicia. El semestre albirrojo por el momento no se termina y, ahora, el próximo rival será nada más y nada menos que Racing, el último campeón del fútbol argentino.

El Mariscal sorprendió con el once inicial y puso en cancha un 4-2-3-1 con mucha presencia joven, especialmente de mitad de cancha hacia adelante, buscando tener mayor movilidad y presión. Mateo Retegui, quien jugó por primera vez como titular con la camiseta albirroja, fue el único atacante y estuvo escoltado por un tridente compuesto por Manuel Castro, Nahuel Estévez y Matías Pellegrini. Gastón Fernández y Mariano Pavone, quienes habían sido titulares hace una semana en la ida, arrancaron en el banco de suplentes.

En el círculo central regresó Iván Gómez tras la lesión que lo dejó fuera de varios partidos en reemplazo de Rodrigo Braña y, a su lado, se ubicó Enzo Kalinski, quien por muchos momentos fue el conductor y el conector entre la defensa y el ataque. En el fondo, en tanto, el entrenador desarmó la línea de 3/5 y formó una de 4 con Facundo Sánchez, Jonatan Schunke (volvió tras la suspensión), Gonzalo Jara y Facundo Mura, quien desde que debutó en Primera siempre jugó con el perfil cambiado.

Si bien en los minutos previos esta formación generó dudas, le dio frutos al técnico y Estudiantes mostró una imagen totalmente distinta al de partido de ida en el Ciudad de La Plata. En los primeros minutos presionó arriba al local, que tuvo dudas en la salida, e inquietó al arco defendido por Facundo Cambeses sin llevar demasiado peligro. El mayor defecto en el arranque estuvo en ser más preciso en los últimos tres cuartos de cancha para poder abrir el marcador.

Estévez, que se movió como una especia de “enganche” por algunos momentos, tuvo la primera situación de peligro real para Estudiantes a los 10 minutos, cuando captó un rebote dentro del área y la pelota pasó rozando el travesaño. Fue el primer aviso del equipo comandado por Milito. Banfield, por su lado, no tuvo la misma intensidad que en la ida en el primer tiempo, aunque sí pudo llevar peligro en varias ocasiones por algunas desatenciones de la defensa del Pincha, que casi paga caro malas entregas en la mitad de cancha. Emanuel Cecchini, por ejemplo, tuvo una muy clara para marcar pero la pelota se fue desviada.

En este contexto, Estudiantes se sentía con vida en la serie pero sabía que necesitaba un gol para, al menos, empatar el global. Y el mismo llegó cerca de la media hora a través de la pelota parada: Kalinski se hizo cargo de un tiro libre por la banda derecha y lanzó la pelota al corazón del área, en donde Sánchez ensayó una especie de palomita y la puso de cabeza en el segundo palo.

El gol fue una gran motivación para el conjunto pincharrata en los minutos finales del primer tiempo y, antes del pitazo de Germán Delfino, casi logra el segundo con un centro de Mura que no llegó a conectar de cabeza Retegui por centímetros. Esa fue la última gran emoción de la dicha etapa, en donde Estudiantes, sin brillar, ganaba bien en el Florencio Sola.

Para el complemento Milito no realizó ningún cambio de entrada, como tampoco Crespo, por lo que el primer cuarto de hora se jugó con las mismas formaciones que el inicio. El local seguía teniendo un poco más la pelota, aunque ahora intentaba generar más peligro sabiendo que la serie estaba igualada, mientras que Estudiantes llevaba peligro intentando acelerar en los últimos 20 metros y aprovechando algunos espacios que dejaba la defensa banfileña.

Igualmente las primeras chances de peligro del segundo tiempo fueron de Banfield, obligando a Mariano Andújar a intervenir. El arquero pincharrata se mostró seguro en el Florencio Sola y dejó en claro la importancia de tenerlo bajo las tres palos.

Y a los 16 volvió a pisar fuerte Estudiantes a través de la pelota parada, esta vez, con ayuda de Nicolás Bertolo, quien en su afan de despejar el centro venenoso de Pellegrino desde la derecha la metió adentro de su arco y dejó sin chances de reaccionar a Cambeses. 2-0 el Pincha en el partido y 2-1 en el global, con la ventaja de tener un tanto más que el Taladro de condición de visitante.

Con esta ventaja, y tratando de darle más aire al sector ofensivo, Milito metió las primeras dos modificaciones: primero ingresó Mariano Pavone en lugar de Retegui, quien estaba con una molestia y además había sido amonestado en el primer tiempo, y luego se metió Carlo Lattanzio, quien en los últimos partidos había sumado minutos en Reserva, en reemplazo del uruguayo Castro, quien no tuvo un mal partido pero le faltó más tranquilidad para culminar las jugadas por su banda.

En los últimos quince minutos el conjunto que dirige Hernán Crespo se volcó ciento por ciento en ataque en busca de los dos goles que necesitaba para pasar, mientras que Estudiantes se retrasó algunos metros y apostó a lastimar de contragolpe. A pesar de algunas aproximaciones al arco de Andújar, como un tiro libre en la puerta del área que Dátolo mandó por encima del travesaño, el Pincha pudo mantener con tranquilidad la ventaja para metarse en el bolsillo la clasificación a los octavos de final de esta nueva competencia nacional.

El final se alargó más de la cuenta porque, cuando el partido ya estaba en tiempo de descuento, se cortó sorpresivamente toda la luz del estadio Florencio Sola y hubo que esperar varios minutos para que los focos se vuelvan a encender. Los hinchas pincharratas aprovecharon ese momento para hacerse sentir en la oscuridad y cantaron alumbrándose con los celulares.

Con esta victoria Estudiantes alargó su semestre y se metió entre los mejores 16 de la Copa de la Superliga. Ahora tendrá que enfrentar a Racing, el último campeón del fútbol argentino, que no jugó la primera ronda porque terminó entre los primeros seis en el torneo de la Superliga. Si bien el equipo dirigido por Milito sabe que no será para nada sencillo, deberá abocarse a lo mostrado ayer en Banfield para poder ilusionarse con dar el batacazo y seguir avanzando en el cuadro.

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