Inicio Argentina Estudiantes hizo todo mal, volvió a perder y su futuro es incierto

Estudiantes hizo todo mal, volvió a perder y su futuro es incierto

Por MARTÍN CABRERA
[email protected]

Estudiantes hace rato que juega mal y no da señales de saber hacia dónde se dirige. Algunos empates y unas pocas victorias mantuvieron en silencio a los hinchas, que anoche dejaron la ceguera para mostrar su fastidio tras la derrota 2-0 ante Chacarita, que dejó a la vista la falta de ideas de un equipo que jugando así dependerá de un milagro para clasificarse a la Copa Sudamericana 2019, cuando el objetivo inicial era la Libertadores. Hace tres fechas estaba sexto y ahora se cayó al décimosegundo puesto. Ganó un partido de los últimos seis. Y lleva 180 minutos sin goles a favor.

El equipo de Lucas Bernardi cada vez juega peor. Es más que eso: no se sabe a qué juega, porque cambia todo el tiempo, incluso en un mismo partido, improvisa posiciones y lamentablemente está “quemando” a varios juveniles que tenían crédito y hoy empiezan a ser resistidos por los hinchas.

Anoche no mostró nada bueno, porque en otras derrotas -al menos- había tenido rebeldía y minutos de buen fútbol. Esta vez nada de eso. No pudo imponerse contra un equipo que en el semestre próximo jugará la B Nacional, al punto que no le generó ni sofocón. Y eso es, ante un rival así, imperdonable. Es verdad que Néstor Pitana se equivocó groseramente, pero fue tan malo lo de Estudiantes que no le sirve ni como excusa.

El primer tiempo de Estudiantes fue poco decoroso por no decir de lo peor en mucho tiempo. Entró a la cancha como subestimando al rival, dormido y relajado como quien tiene que presentarse por compromiso. Será por eso que no generó una sola situación de riesgo en los 45 minutos, no se mostró idóneo como equipo, tuvo niveles individuales bajísimos y desde el banco de suplentes el técnico aportó más dudas que certezas.

Para que el combo sea más tenebroso entre Néstor Pitana y Hernán Maidana (sí, dos de los árbitros que representarán a la Argentina en el Mundial) se mandaron el blooper de la fecha. Jonatan Schunke le entregó la pelota atrás a Daniel Sappa, pero muy fuerte y esquinada. El arquero, en lugar de dejarla salir, la rechazó ¡un metro veinte centímetros afuera del campo! Matías Rodríguez se aprovechó la confusión y probó al arco. La pelota pegó en la panza de Leandro Desábato y, vaya sorpresa, Pitana cobró penal que Mauro Matos transformó en gol.

El gol fue bochornoso pero quedó tapado por el mal partido de Estudiantes, que no mostró una sola idea futbolística, porque apostó por romper por las bandas con los bajísimo rendimientos de Lattanzio y Ruiz Díaz. Entonces quiso entrar por el medio, pero tanto Zuqui como Tití tuvieron una noche para el olvido. Y arriba, para colmo, Tuta Cejas nunca se la quiso dar a un compañero y el Tanque Pavone jugó más solo que surfista en la Quebrada de Humahuaca. Fue muy pero muy malo lo realizado por Estudiantes que encima se equivocó demasiado en defensa y Chacarita, con poco y nada, casi se pone 2-0.

Una de las cosas más llamativas que mostró el Pincha en la cancha de Quilmes fue la enorme cantidad de pelotas que tiró afuera y a las manos del arquero cuando desbordó por alguna de las puntas. Ninguno de los jugadores tiró un centro medianamente bien, dejando en claro que así no podrá hacer un gol, o lo hará por equivocación del rival.

En el segundo tiempo, cuando intentaba jugar más corto y con una decidida presión alta parecía complicar a Chacarita, llegó el segundo. Fue una jugada en la cual Iván Gómez perdió la pelota con Rodríguez, que pareció cometerle infracción. Pero Pitana hizo la vista gorda a pesar de lo visible de la jugada y le entregó la pelota a Nahuel Menéndez, que se fue mano a mano con Sappa, lo eludió y marcó el segundo. Hubo protestas varias que no condujeron a nada, porque el gol fue convalidado y el árbitro ni se mostró aturdido por lo sucedido.

Con 35 minutos por delante se pensó que esa bronca podría ser canalizada en potenciar el anodino fútbol. NO fue así, más allá de algún arrebato de Rodrigo Braña, que no fue ni la sombra de otros tiempos pero aun así mostró algo de carácter, complemento que algunos futbolistas olvidaron.

Así fueron pasando los minutos, con mucho nerviosismo, centros a cualquier parte y muchas imprecisiones. La derrota, ni siquiera una pesadilla del más pesimista, se hizo realidad. Chacarita, al que ni siquiera le alcanzará con ganar los cinco partidos que le quedan por delante, derrotó como visitante al equipo que quiere jugar alguna copa el año que viene y que necesita dar un batacazo fuera de casa en esta Libertadores. Hoy está afuera de todo para 2019 y el panorama en este año no es alentador. Estudiantes sigue en retroceso y el futuro no parece ser el mejor.