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Incidentes en un Jardín de Infantes de Villa Elvira por un portero acusado de abusos

La denuncia que hizo la madre de un chiquito de 5 años que concurre a un jardín de infantes de Villa Elvira tuvo en pocas horas un efecto dominó cuyas consecuencias, todavía, son incalculables: por lo pronto, un auxiliar docente fue apartado preventivamente de su cargo e identificado en una causa por “abuso sexual simple”, al menos cuatro padres más amenazaron con recurrir a la Justicia con la misma sospecha que empujó a la denunciante primaria y hubo serios incidentes en la puerta de la institución educativa, que hoy permanecerá cerrada mientras la Dirección General de Cultura y Educación avanza con la investigación, confirmaron fuentes oficiales.

Juego del zombi

“Mi hijo empezó a tener comportamientos extraños a fines del año pasado”, comentó Malena (21) en la puerta del Jardín 902 Martín Miguel de Güemes, que funciona en 5 y 73, aunque resaltó que en las últimas semanas comenzó a “hacerse caca encima, portarse mal y ponerse las zapatillas al revés”. Esta alteración tan repentina como radical en la conducta del pequeño impulsó a su madre a preguntarle varias veces sobre algunas rutinas, hasta que “un día nos contó que el portero del jardín, que se llama Gustavo pero con los chicos se identificaba como Julio, les hacía bajar los calzoncillos en el baño y les tocaba sus partes íntimas”, reveló.

Resuelta a llevar el caso a la Justicia, la chica se dirigió de inmediato -a las 3 de la mañana de ayer- al gabinete de Delitos Sexuales, según confirmó a este diario el abogado que la representa, Juan Benítez. El niño concurre a la salita verde del 902 y, hasta anoche, su caso era el único denunciado formalmente, confirmaron fuentes distintas, aunque el abogado refirió tener conocimiento de que habría al menos otros tres padres dispuestos a formular exposiciones parecidas.

Malena y Benítez dijeron que los presuntos abusos habrían ocurrido en el contexto de un juego que los chicos llaman “zombie” y consistiría, básicamente, en “tocar a los que no querían participar”.

Por algunos detalles que contaron, el niño habría sufrido abusos agravados, aunque, en esta etapa preliminar, el caso está caratulado como abuso simple ya que “el niño no presenta lesiones”. La madre responsabiliza también a otras “personas del Jardín”, incluida la docente de la sala, ya que “nadie lo acompañaba al baño cada vez que pedía de ir para tomar agua”. Fuentes judiciales refirieron que en una declaración posterior la mujer también mencionó a un familiar, por lo que habría “una contradicción”.

La investigación recién comienza. Preventivamente, el portero fue apartado del cargo

Fuentes judiciales aclararon que “hay una declaración y no se detectaron lesiones en el niño”

El acusado, que tiene alrededor de 40 años y -según Benítez- trabajaría en ese jardín desde 2018 se enteró de las acusaciones ayer al mediodía, cuando ellos se presentaron en la escuela con la copia de la denuncia para pedir su información personal y que se lo apartara del cargo. La noticia corrió entre otros padres y familiares de alumnos con la rapidez con la que viaja un mensaje en un grupo de WhatsApp. “Apenas nos enteramos de esta situación vinimos a pedir explicaciones”, indicó Gladys (56), abuela de otro chico, molesta porque “no nos recibió nadie, mientras mantenían al portero escondido en la cocina”, dijo. Y agregó: “Eso sí, se encargaron de llamar a la Policía y en un ratito ya había acá ocho patrulleros, como si fuéramos delincuentes”.

Al lugar concurrieron además tres inspectores de la cartera educativa que se encargaron de entrevistar al personal y confirmar el apartamiento preventivo del auxiliar docente. También resolvieron suspender hoy las clases y es probable que mañana se mantenga esta situación antes del receso invernal que arranca el lunes, “por la situación de violencia” que se vivió en la puerta del jardín desde las 17 y hasta después de que cayó el sol.

Es que el rumor de la denuncia convocó a varios padres que se reunieron frente al jardín para pedir explicaciones y cuyos ánimos se fueron recalentando a medida que pasaba el rato, el portero no salía y policías se iban apostando dentro y fuera del jardín para prevenir incidentes.

Los más exaltados eran varios jóvenes del barrio que se manifestaban decididos a esperar a que el acusado saliera a las “5 menos 10 (de la tarde), como todos los días”, hasta que a las 16.30 uno de ellos gritó que habían abierto “el portón de la calle 73 (entre 4 y 5)”. Seguros de que la Policía iba a sacar al auxiliar, buena parte de quienes estaban en 5 y 73 corrieron hacia allí, donde había un carro policial con varios oficiales encabezados por un jefe que trató de bajar la tensión.

Entre gritos y forcejeos una mujer rubia rodó al piso. Y todo se salió de control. Un joven que estaba detrás de un par de padres que conversaban con el responsable del operativo le tiró un cascotazo que impactó de lleno en el pecho del policía, lo que derivó en un desborde general, con efectivos que arrojaban gas pimienta, manifestantes que les respondían con baldosas partidas y otros que corrían hacia donde podían. Distintas fuentes dijeron que no hubo lesionados, aunque sí algunos vehículos dañados y roturas en los vidrios del jardín. En medio de estos disturbios, que duraron tres minutos, la policía sacó del Jardín al portero acusado para trasladarlo a la comisaría Octava, donde quedó oficialmente identificado en la causa que instruye la fiscal María Eugenia Di Lorenzo. El resto del personal del jardín tardó un buen rato en poder salir a la calle sin riesgos. Para entonces, una ambulancia del SAME había trasladado a una mujer con una crisis nerviosa, como corolario de una tarde de furia.