Manifestantes derribaron vallas. También hubo enfrentamientos con la policía / AFP
La larga jornada de extrema tensión que se vivió frente al domicilio de Cristina Kirchner, encontró anoche alguna cuota de distensión cuando la vicepresidencia se dirigió a sus militantes y les pidió que dejaran el lugar. “Vayan a descansar porque ha sido un largo día”, recomendó.
Fue en el epílogo de un día que había arrancado caliente, cuando el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires decidió vallar la zona de Recoleta donde vive la vicepresidenta. El kirchnerismo, que tenía previsto movilizarse en distintas plazas tanto porteñas como del Conurbano en apoyo a la vicepresidenta, tomó esa actitud como una provocación y dirigió a sus militantes hacia el departamento de calle Juncal donde vive Cristina.
En un clima efervescente, se produjeron empujones, militantes kirchneristas voltearon las vallas y se produjo una represión policial. Como resultado de la refriega, cerca de 14 efectivos resultaron lastimados, se produjeron varias detenciones y hubo heridos entre los militantes.
Las vallas habían sido dispuestas en Juncal y Paraná y Juncal y Uruguay, en inmediaciones del domicilio de la vicepresidenta en Recoleta, donde también concurrió la guardia de infantería y un camión hidrante de la Policía de la Ciudad, que se retiraron unas horas pero luego volvieron y reprimieron a manifestantes cuando éstos derribaron el vallado.
El diputado bonaerense Matías Molle, el ex legislador provincial Facundo Tignanelli y el periodista y funcionario nacional Fabián “Conu” Rodríguez resultaron apresados por la Policía. Pero más tarde, la fuerza de seguridad informó que todos los detenidos habían sido liberados, mientras los uniformados se retiraban del lugar y los manifestantes lograron posicionarse en la calle Juncal, donde se había montado una vigilia desde el lunes a la noche.
Cristina es acusada de liderar una asociación ilícita en el marco de la causa por presuntos hechos de corrupción con la obra pública en Santa Cruz, y los fiscales que intervienen en el caso pidieron que se le aplique una pena de 12 años de prisión. El avance del juicio generó la reacción de la propia vicepresidenta y de la militantes del kirchnerismo que comenzaron a movilizarse en respaldo de la líder del Frente de Todos.
Ayer esas expresiones alcanzaron una mayor dimensión y derivaron en hechos de violencia frente al departamento porteño que habita la ex presidenta.
En ese marco, mientras la oposición acusó a la propia Cristina de generar esos hechos, el kirchnerismo le apuntó al jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta de impulsar una represión contra los manifestantes.
Tras los incidentes se produjo una reunión entre funcionarios porteños y nacionales en procura de acuerdo que permita resolver e conflicto desatado en Recoleta. Las partes acordaron que se podrán mantener las expresiones de apoyo sin que ello implique un acampe.
