El misterio sobre las causas que generaron la desaparición del submarino ARA San Juanpodría no despejarse nunca, según reconoció ayer el último parte brindado por la Armada Argentina. El vocero de la fuerza señaló que la inspección visual, en caso de que se encuentre el navío, quizás no aporte evidencias que permitan dilucidar lo sucedido.
Por la noche, el ministro de Defensa, Oscar Aguad, admitió que para el Gobierno toda la tripulación está muerta.
«De poder localizarlo en el lecho del mar, va a dar un indicio, si visualmente se percibe algo que genere una evidencia. Puede que sí, puede que no», admitió ayer el capitán de navío Enrique Balbi, vocero de la Armada, al referirse a los motivos de la desaparición.
El vocero confió en que un peritaje sobre el submarino ARA Santa Cruz, gemelo del San Juan, pueda aportar algunas pistas sobre lo que pudo haber sucedido con el navío.
«El submarino Santa Cruz, que está en reparaciones en el Cinar [Complejo Industrial y Naval Argentino] no deja de ser como una maqueta viva para apreciar qué pudo haber pasado», señaló Balbi.
Según comentó ayer Balbi, «la inspección visual puede arrojar alguna evidencia», que podría completarse con datos que surjan del «submarino ARA Santa Cruz», y con otras informaciones que aporte una comitiva que la Armada envió a Alemania para recabar datos del fabricante del navío extraviado.
En su primera aparición pública tras la tragedia, Aguad aseguró ayer que hubo «corrupción» en la reparación del submarino y dijo que se inició un «sumario militar».
A su vez, Aguad ratificó ayer, en declaraciones a Joaquín Morales Solá, que no hay chances de sobrevida entre los tripulantes porque «un informe de la Armada» definió «que las condiciones de ambiente extremo y el tiempo que había transcurrido eran incompatible con la vida humana». Además, agregó que la nave «estaba en condiciones» para navegar.
Según informó la nacion el 26 de noviembre, una auditoría detectó irregularidades en los procesos de compra de baterías del submarino para su reparación «de media vida», que tuvo lugar entre 2008 y 2014. Ayer, desde el grupo alemán Thyssenkrupp, encargado de la construcción del buque, dijeron a la agencia de noticias AP que sus «empleados de los sistemas navales no han estado en contacto operacional con la flota de submarinos argentinos por más de dos décadas».
Expectativa por la ayuda rusa
La llegada hoy del buque ruso Yantar, que trae a bordo un sumergible capaz de indagar hasta los 6000 metros de profundidad fue uno de los puntos salientes del informe de la Armada de ayer. El barco se dirigirá directamente al área de búsqueda.
La de ayer fue una jornada más sin novedades trascendentes sobre la búsqueda del submarino. No hubo información sobre tres contactos que todavía deben analizarse. Uno de ellos está a 950 metros de profundidad y fue advertido por el buque Skandi Patagonia; los otros están entre los 700 y los 800 metros.
Además del buque ruso Yantar, se espera también el arribo de una embarcación estadounidense, con otro vehículo sumergible que llega a gran profundidad. Se trata del buque Atlantis, que también traerá un equipo que permitirá llegar a 6000 metros de profundidad. Esa embarcación arribará a la zona de operaciones el sábado. Mientras tanto, hay seis buques trabajando en la zona. En Mar del Plata, el grupo de familiares que permanece en la Base Naval se va reduciendo. Muchos se acercan sólo a escuchar el parte y luego se retiran. Por las obligaciones de trabajo o familiares, deben regresar a sus puntos de origen.
Sin mensaje de macri por ahora
No, al menos por ahora. Aunque no fue descartado, el presidente Mauricio Macri no dará por el momento un mensaje sobre el submarino ARA San Juan. Si bien está en evaluación y, según fuentes oficiales, ocurrirá, lo cierto es que el malestar de los familiares de los 44 tripulantes generó la demora. «La única estrategia es la búsqueda», dijeron cerca de Macri. Una serie de factores hicieron que lo que parecía una decisión inminente se pusiera en revisión. El más importante: la movilización del último domingo de los familiares de los tripulantes.