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La “carita feliz” que da miedo: millonario robo de “la banda del emoticón”

La “carita feliz” que da miedo: millonario robo de “la banda del emoticón”

”La carita feliz”, una marca que no pasó desapercibida / Sebastián Casali

Tan solo una semana después del millonario atraco que sufrió un comercio ubicado en avenida 38 entre 15 y 16, dedicado al rubro de la electricidad y, de los audaces asaltos cometidos en dos negocios emplazados en la zona de 19 y 56, los delincuentes especializados en la ejecución de escruches volvieron a plantar bandera en el barrio, aunque esta vez el golpe fue perpetrado en una vivienda.

El hecho de que el robo haya sido cometido en una casa no es la única diferencia con los episodios de inseguridad mencionados. También hay que mencionar el monto del botín.

Al respecto cabe recordar que de la sede de la Cooperativa de Instaladores Electricistas se apoderaron de un millón y medio de pesos.

Mientras que en la zona de 19 y 56 se llevaron una máquina de café y un televisor que, primero, “guardaron” en un cesto de basura y que, luego, pasaron a retirar en un taxi.

Contrastado con estos asaltos, el que fue ejecutado el pasado sábado por la tarde en la zona de 19 entre 45 y 46, sin lugar a dudas representó enormes dividendos para sus autores: según fuentes oficiales, se alzaron con una suma de 10 mil dólares y muchos euros, aunque el monto final no pudo ser precisado por la víctima, a raíz de que se encontraba inmersa en un estado de angustia y conmoción.

Lo concreto es que si sólo se cuentan los dólares y, se toma como referencia el valor con el que se realizan transacciones en el mercado informal de la divisa estadounidense, los ladrones se llevaron una cifra cercana a los cinco millones de pesos.

Si bien el monto del botín pareciera ser lo más impactante de este hecho, lo que encendió alarmas entre los vecinos y comerciantes de la zona es el modus operandi.

En ese punto, los investigadores sospechan que la banda tenía bien planeado el ataque y que sabía lo que buscaba.

Todas estas conjeturas se desprenden de un grafiti realizado en la puerta de la vivienda blanco del delito.

Se trata de una especie de “carita feliz”, que también entró bajo análisis en la pesquisa.

En ese sentido, se intenta determinar si fue realizada antes del atraco, para marcar el terreno, o después en la fuga, como sinónimo de éxito.

Con los datos que se han podido obtener hasta el momento se ha podido reconstruir que pasadas las 17 horas, momento en el que los propietarios abandonaron su PH, la “Banda de los emoticones” ingresó a la propiedad y revisó a sus anchas cada espacio de la morada en busca de objetos de valor.

Alrededor de las 22 horas, cuando el propietario regresó a su finca se encontró con el desastre.

Las marcas que halló en la puerta principal daban cuenta de que emplearon una barreta para vulnerar la cerradura y abrirse paso.

Hasta el momento, es una de las pocas certezas que se tiene sobre cómo operaron estos sujetos.

Si bien se sabe que sucedió entre las 17 y las 22, el horario preciso en el que ingresaron a la propiedad, la cantidad de ladrones que participaron del golpe y el medio que utilizaron para arribar al lugar, es decir a pie o motorizados, son las incógnitas que se están intentando resolver tanto con la recolección de testimonios como con la recopilación de imágenes captadas por cámaras de seguridad de la zona.

La principal hipótesis señala que el millonario atraco comenzó a gestarse hace varias jornadas con tareas de inteligencia y vigilancia.

Si bien el caso es materia de análisis, para los investigadores no se trató de una mera coincidencia el hecho de que ingresaran a la morada y no se toparan con alguno de sus habitantes.

En este sentido, sospechan que los damnificados estuvieron siendo espiados durante varios días por una banda que tomó nota de cada uno de sus movimientos.

Calculan que de ese modo pudieron establecer una franja horaria en la que todos los habitantes se encontraban fuera de su morada, abocados a tareas laborales, de estudio o de esparcimiento.

Se estima que luego de recopilar la cantidad de información suficiente, los responsables de esta empresa delictiva emplearon la marca de “la carita feliz” como distintivo de que el domicilio era “apto” para el robo.

Pero tampoco le restan crédito a la posibilidad de que haya existido un entregador. De avanzar esta hipótesis, cobraría una importancia mayúscula el entorno de las personas que allí residen.

En la zona existe el temor de que “la carita feliz” pueda ser un indicio de que el sector se encuentra a merced de una banda con un alto grado de organización al punto de contar con una nomenclatura específica, en este caso los emoticones, para articular y concretar las operaciones delictivas.

“Una carita sonriente podría significar ‘escruche’ o ‘entradera’. También ‘mujer sóla’ o ‘familia’. O ‘jubilado’. O ‘trabaja de tarde’. No lo sabemos. Habrá que ver qué pasa en las próximas jornadas a ver si sucede un caso parecido para que la policía comience a descifrar si hay un significado detrás de ese dibujo”, expresó un vecino de la zona preocupado por la situación.