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La enfermera que se desvinculó de sus dos hijos y pedía la guarda de otra niña

Los vecinos de Punta Indio cruzaban miradas cómplices cada vez que un periodista les preguntaba por los dichos de Victoria Agüero, la única que no tenía problemas en plantarse frente a las as cámaras para revelar los secretos de la vida familiar de la nena que todos buscaban a la par de la policía. Preferían no opinar, porque la urgencia era encontrar a la pequeña. Ahora que eso ya pasó, los secretos que se ventilan son los de Victoria y su pareja, Eric Emanuel Rivarola.

“Ellos son nuevos, están acá desde hace cinco o seis meses”, contó una vecina que pidió no revelar su nombre y aseguró que la casa en la que se afincaron es usurpada: “Ahí vivía un matrimonio de personas mayores que murió. Tenían una hija en Mar del Plata y otro en Estados Unidos, estaba cerrada. La cuidaba un hombre grande que falleció este año y de repente vino esta pareja”, apuntó.

Fuentes judiciales consultadas por este diario aclararon que esa cuestión no está clarificada todavía. “Agüero dijo que la compró con la plata de una herencia”, indicó un vocero, sin pasar por alto que “es probable que esto también sea mentira”. Es que, entre otras cosas, la mujer declaró haber ejercido como enfermera en Verónica, pero nadie respaldó esos dichos, al menos por ahora. De su pareja se sabe que se ganaba la vida “con changas”.

Verónica tiene dos hijos, según confirmaron fuentes oficiales. Una nena de 7 años “a la que abandonó cuando tenía un año, supuestamente porque su pareja la amenazó”, detalló la fuente, y un varoncito de 4 años que desde hace 40 días vive con sus abuelos paternos (los padres de Eric). ¿Para qué quería Agüero la guarda de A.C si no criaba a sus propios hijos? Nadie lo sabe.

Quien tiene una opinión bastante definida en relación con Victoria es el intendente de Punta Indio, Hernán Yzurieta, que la calificó de “psicópata”.

Agüero fue la última persona que vio a la menor hace una semana y en su casa apareció, dijo ella, mojada y embarrada. Algunos investigadores suponen que la tenían “escondida en un armario” y que no la encontraron porque “nunca se revisó a fondo la casa”.

Otras fuentes aclararon que los perros rastreadores marcaban la zona de la costa y un punto alejado a 6 kilómetros de allí, en la ruta 11, por lo que otra línea apunta a la participación de una tercera persona que “movilizó” y custodió a la niña mientras la pareja de acusados participaba de la búsqueda, salía por televisión y desviaba la investigación con pistas falsas.

“Le explicamos al fiscal que esta familia (la de Agüero y Rivarola) vivía acá, pero no era representativa del pueblo, que tiene gente amable y gente tranquila -señaló el jefe comunal-. Pero ellos todo el tiempo quisieron llevar a los medios a acusar a la madre, que tendrá sus problemas, pero no era lo que esta mujer planteaba”. Para Yzurieta, la mujer detenida tenía la “idea de quedarse con la menor: arrancó hace mucho tiempo, con la denuncia que le hace a la madre” de A.C.

El intendente confirmó que Victoria había entrado en contradicciones cuando fue separada de su pareja. “Antes era una actriz, cuando salía por televisión. Lo que me hacía enojar muchísimo. Pero después se empezó a ver sin personaje. Y era una psicópata. No sé qué era”.

Antes de que la causa diera este giro todas las miradas apuntaban a la madre de la niña, sobre todo porque la que tenía el monopolio de la palabra era Victoria. Sin embargo, los investigadores que mantenían contacto cotidiano con esa mujer la veían distinto.

“Es muy especial”, confió uno de ellos a este diario, “es hippie, pero no como una postura, sino por filosofía. Los primeros días parecía tranquila, pero a medida que pasaban las horas se iba angustiando y se sentía culposa”.

El padre biológico de las dos nenas murió y el padrastro con el que convivieron un buen tiempo está detenido en la provincia de Córdoba acusado de abusar sexualmente de ambas niñas, dijeron fuentes judiciales. Hasta el año pasado las tres vivían en Oliden, hasta que hace aproximadamente seis meses se radicaron en Punta Indio, cerquita de la playa.

A propósito de las declaraciones de Victoria y la denuncia de que la niña había regresado con su madre por decisión judicial, las críticas se focalizaron en quien habría tomado esa resolución, el juez de paz Guillermo Fina.

En declaraciones a una radio local, el magistrado negó haber dispuesto que la nena fuera a vivir con su abuela, a mediados de julio y luego volviera a Punta Indio con su madre, hechos que adjudicó a un acuerdo entre las mujeres en los que se oyó la opinión de la niña.

“Esa nena ha vivido situaciones dramáticas”, reconoció una alta fuente judicial, “necesitamos esperar a que ‘baje la espuma’ y escucharla sin presiones”. Recién entonces se definirá su futuro y el de su entorno más cercano.

Investigadores no descartan que la niña haya permanecido los seis días dentro de la casa de la pareja acusada y que la hayan escondido en un armario cada vez que entraban policías o periodistas. Otra línea de investigación apunta a un tercer compinche y otro sitio de cautiverio.