“¿Vienen a buscarme por lo de la pulsera? ¿A ustedes les parece que yo me voy a ensuciar por esa plata?”
Palabras más, palabras menos, así recibió el ex fiscal Tomás Moran a los policías de la Federal que ayer a la mañana llegaron a su coqueta propiedad de Parque Sicardi para detenerlo en la causa que lo investiga por el presunto pedido de dinero (30 mil dólares) para mejorar la situación del acusado de un doble homicidio.
Moran aparece mencionado también en la investigación de la megabanda, por la que ya están presos el ex juez César Melazo, policías, barrabravas y hasta un operador judicial, pero la captura de ayer no está vinculada con ese expediente que instruye la fiscal Betina Lacki, sino con otro a cargo de su par María Eugenia Di Lorenzo.
Ella lo indagará a las 8 de la mañana.
Los allanamientos fueron en dos viviendas de Moran: una situada en la avenida 25 y 58 (el domicilio legal del ex funcionario) y un caserón de Sicardi, en 15 y 635, equipado, entre otras cosas, con un sauna. Allí dormían Moran y su esposa cuando llegaron los policías.
En los procedimientos, que arrancaron cerca de las 7 de la mañana de ayer, intervino la Fiscalía Nº 17 de Di Lorenzo, con intervención del juez de Garantías Pablo Raele. Y cerca de las 12 el ex fiscal salió de su casa esposado, para ser trasladado a la División Investigación de Delitos Violentos de la PFA, en la ciudad de Buenos Aires.
Fuentes de Tribunales revelaron que a Moran le imputan los delitos de “concusión (pedir dinero para emitir una resolución) encubrimiento agravado e incumplimiento de los deberes de funcionario público”.
El caso tendría relación con uno de los detenidos de la megabanda, Javier Ronco, detenido el mes pasado en una agencia de autos que regenteaba en 38 entre 139 y 140.
Allí cumplía arresto domiciliario con tobillera por un doble crimen ocurrido el 5 de enero de 2008.
Ese día, un hombre y una mujer aparecieron heridos de bala dentro de un auto Volkswagen Gol, en el camino Negro que une Villa Elisa con Punta Lara. Ella, María Martini, ya estaba muerta. El, Carlos Rodríguez, falleció en el hospital de Gonnet. Surgió de la investigación que el muchacho habría obtenido fuertes sumas de dinero con robos bajo modalidad escruche, que invertía en la compra de autos que presuntamente dejaba en consignación en la agencia de Ronco.
Por testimonios se llegó a la conclusión de que éste tuvo fuertes diferencias con Rodríguez por los montos obtenidos de las ventas de esos autos, lo que se barajó como posible móvil del doble crimen.
Ronco aseguró que al momento del hecho estaba en San Clemente, pero la antena de su celular lo ubicó en La Plata. Sin embargo, lo detuvieron recién seis años después y terminó denunciando al ex fiscal Moran.
En las escuchas de la megabanda suena varias veces el nombre del ex fiscal Moran
El domicilio real de Moran no aparecía en ningún registro. Tiene hasta sauna y queda en Sicardi
Declaró que lo había contactado varias veces por teléfono intimándolo a negociar su situación bajo el monto de 30 mil dólares.
Ronco detalló que el fiscal hasta habría enviado “emisarios” para “apretarlo”, entre los que nombró a un conocido abogado y a un jefe policial. Moran fue apartado de la fiscalía 2 en 2014 (a donde había llegado 12 años antes), pasó a la de Flagrancia y terminó jubilándose con todos los beneficios.
En cuanto a Ronco, pese a enfrentar cargos que contemplan la pena de perpetua, tener buena salud y menos de 40 años, terminó con arresto domiciliario.
La ex fiscalía de Moran quedó en manos de Lacki, quien, investigando el homicidio de Juan Farías en su edificio de la avenida 44, destapó una olla que huele muy mal.
“En esa causa- detalla Lacki hablando del doble crimen de Villa Elisa -desapareció una gorra que fue secuestrada en el lugar del hecho y presumiblemente pertenecía al autor. ¿Casualidad? no lo creo. Es cierto, no desapareció un video que registró el momento del hecho, pero también es cierto que en el lugar ese homicidio no había cámaras”.
Retomando los allanamientos de ayer, los federales secuestraron una computadora y dos teléfonos para ser analizados.
En tanto, fuentes oficiales informaron que Moran pidió a través de su hija, que es empleada judicial (hasta hace alguna semanas era sumariante en la UFI 5), ser beneficiado con un arresto domiciliario por cuestiones de salud. Un oficio judicial ya ordenó tomar “todos los recaudos necesarios ajustados el diagnóstico actual” de Moran.
Precisaron también que por la secretaría de la Defensoría Oficial I de La Plata se solicitó la excarcelación del ex fiscal, con la argumentación de la escala penal que tienen los delitos que le imputan, de 2 a 6 años de pena, que permitiría ese beneficio.
Los pedidos serán ahora resueltos por el juez Raele. Por lo pronto, seguirá incomunicado en la misma alcaidía en la que está preso un ex conocido suyo, el ex juez Melazo.
Ambos comparten el buen gusto por las propiedades (el ex juez fue detenido en una mansión que tenía hasta un lago artificial en Gorina) y, por la magnitud de las mismas, la justicia le dio intervención a la División de Lavado de Activos de la Federal, confirmaron fuentes del caso.
Mientras corren los plazos para que la fiscal Lacki resuelva el pedido de preventiva para los últimos tres detenidos de la megacausa, Melazo estará hoy frente la Sala II de La Cámara de Apelaciones y Garantías del fuero Penal platense asistido por su defensor, Fabián Améndola, para mejorar oralmente su recurso contra la denegatoria de la excarcelación.
