CHINA, Env. especial
Fernando Alegre
No pudo ser en Indiana en el 2002. Sin embargo, luego de aquel sinsabor y de la enorme Generación Dorada, este nuevo grupo, con Campazzo como referente, comenzó un cuento de hadas que buscará coronar el domingo ante España
“Estamos empezando a escribir nuestra propia historia”, había dicho Facundo Campazzo tras el resonante triunfo ante Serbia por los Cuartos de Final. Sin embargo, y como quien no se conforma, la Selección dio otra gran muestra de carácter y deseo, y con otro impresionante partido, se cargó a Francia, otro de los candidatos a quedarse con la cita ecuménica.
Lo de Argentina ya no sorprende, y pase lo que pase en el último juego, este equipo ha sabido exponer como pocos, virtudes que lo convierten en una familia de la que todos son parte, hasta aquellos que ya no tienen el privilegio de seguir portando la celeste y blanca. Basta sólo con observar los abrazos fraternales entre los que colgaron las zapatillas y Luis Scola, el guía activo de la nueva camada.
Las lágrimas con Sergio Hernández, el artífice, conmovieron a todos y recorrieron cada uno de los portales, no sólo por la victoria, sino por el sentimiento que renace cada 40 minutos, en los que estos chicos, que además son amigos, salen a divertirse haciendo lo que más les gusta.
Desde lejos los miran los que ya no los acompañan en el flotante, pero que fueron los que plantaron la semilla. Si se habla de abrazos y emoción, no se puede dejar de lado el de “Luifa” con “Manu” (Ginóbili), que llegó ayer a China, o el del propio capitán con “Pepe” (Sánchez) otro de los integrantes del mejor equipo argentino de la historia.
Cuando uno habla de la Generación Dorada no se refiere sólo a la final de Indiana en 2002, al Oro Olímpico en Atenas 2004, a la semifinal en Japón en 2006 o al Bronce en Beijing en 2008. Más bien se refiere a un legado, que ha trascendido y que lo siente cada uno de los jugadores que se pone la camiseta para representar al país.
La Generación Dorada es la expresión del conjunto elevada a su máxima expresión, entendiendo que el todo es más importante que los nombres y que el objetivo es siempre grupal y nunca individual. Es saber que nunca se va a estar solo y que si toca caer, enseguida va a llegar más de uno a querer reincorporarte. Es entender al otro como una familia, sentirlo como un hermano y buscar lo mejor para él y para todos. Es decir presente siempre, como lo ha hecho Scola en cada una de las competiciones. Es educar dentro y fuera de la cancha, como lo ha hecho Ginóbili para que Campazzo alcanzara esta realidad que hoy lo tiene inexplicablemente afuera de la NBA. Es ser el alma dentro del alma, como ha sido siempre Andrés Nocioni. Es estar y acompañar, como Oberto, Sánchez y Delfino. Es ser parte, desde la incidencia, de esta realidad, con esta nueva camada que entiende como pocos lo que es la hermandad y la pertenencia.
Argentina derrotó a Francia y puede ganar o no ante España el domingo. Sin embargo, eso resultará secundario. El objetivo, ya lo logró. Y la familia, continúa creciendo.
todo empezó en 2002
Los antecedentes de los equipos nacionales son en el Mundial de Buenos Aires 1950 e Indianápolis 2002, en los que salió campeón y subcampeón, respectivamente.
En el primer caso, Argentina superó a Estados Unidos por 64-50 en un estadio Luna Park repleto, en el primer certamen mundialista de la historia. Aquella noche, Hugo Del Vecchio aportó 14 puntos y fue el goleador del partido.
En Indianápolis marcó el punto de partida de la Generación Dorada, con un subcampeonato polémico ante Yugoslavia (84-77) en tiempo suplementario tras una falta no cobrada en favor de Argentina en el final del tiempo regular.
Argentina jugará mañana (9 hs. de la mañana) frente a España, que ayer eliminó a Australia
“Es el mejor equipo que dirigí, hay jugadores en altísimo nivel, somos aplicados y valientes”
Sergio Hernández, DT de Argentina
“Aseguramos la medalla, es difícil de superar esto pero queda un paso más para ver si somos campeones”
Luis Scola, Capitán de Argentina
“Fue realmente espectacular ver a este equipo jugar en vivo. Qué pilas que quedé ¡Qué emoción!
Emanuel Ginóbili, ex capitán de la Selección
“Fue un dominio completo argentino. Fueron el mejor equipo, desde el primer hasta el último minuto ”
Rudy Gobert, Pivot de Francia
