NICOLÁS MALDONADO
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A días de cumplirse un año de la muerte de Emma Perazzo, la nena platense que falleció al derrumbarse un barranco en una playa de Camet, las autoridades de Mar del Plata han comenzado a poner en práctica algunas medidas para evitar esta temporada una tragedia similar. Tras prohibir ubicarse debajo de acantilados, el municipio está instalando carteles que advierten del riesgo de derrumbes y anunció que aplicará multas a quienes incumplan la prohibición.
Con más de 200 mil turistas que disfrutan por estos días de las playas de Mar del Plata, el Ente Municipal de Turismo (Emtur) busca que el accidente que el año pasado le costó la vida a Emma Perazzo marque un antes y un después en torno a un riesgo ignorado por muchos veraneantes. Y es que resulta habitual que en busca de sombra algunos de ellos se instalen al pie de los acantilados sin prever el riesgo de un desprendimiento fatal.
Eso fue precisamente lo que ocurrió el 8 de enero pasado poco después del mediodía en la playa del Barrio Camet, un balneario público ubicado junto a la Planta de Tratamientos de Aguas Residuales de la Ciudad. Los gritos de la gente que se encontraba en el lugar alertaron a los guardavidas: una porción del barranco, que en ese punto tiene diez metros de alto, se había desplomando dejando sepultada a una nena, cuya familia pedía ayuda con desesperación.
Cuando los guardavidas llegaron al lugar se encontraron a los padres de Emma intentando remover una pila de toscas con la ayuda de otras personas que se habían acercado a auxiliarlos. El desprendimiento, que equivalía a una pared de tres metros de alto por otros tanto de ancho, había dejado completamente tapada a la menor. Y las heridas que le produjo resultaron tan graves que la niña falleció minutos después de ingresar de urgencia al Hospital Materno Infantil.
Los padres de la nena platense impulsaron medidas para evitar otra fatalidad
Si bien el derrumbe que le costó la vida a Emma no era el primero que se registraba en las playas del sur, donde este tipo de fenómenos resulta común, el episodio dejó al descubierto una problemática al que las autoridades de la ciudad balnearia nunca le habían prestado mayor atención.
“Son cosas del destino, pero siempre se puede achicar el margen de riesgo con recaudos y la realidad es que no había carteles (que advirtieran del peligro)”, declaró en aquel momento Javier Perazzo, el papá de Emma, quien desde entonces ha dedicado tiempo y esfuerzos para evitar que vuelva a producirse una fatalidad similar.
Poco tiempo después de la muerte de su hija, tanto él como Paulina, la mamá, compraron aerosoles y le pidieron a los guardavidas de la zona que les ayudaran a pintar la palabra “Peligro” en las zonas donde suelen registrarse desprendimientos. Y desde entonces se han mantenido en constante diálogo con referentes de Mar del Plata para avanzar en la implementación de otras medidas adicionales de seguridad.
En ese contexto se dio a conocer esta semana la prohibición de circular o detener automóviles junto al borde de los acantilados; así como también que los bañistas se instalan a menos de 15 metros del pie de ellos. El cumplimiento de la nueva normativa será controlado esta temporada por agentes de la Subsecretaría de Transporte y Tránsito y de la Subsecretaría de Inspección General, según se informó.
Desde el Emtur anunciaron a su vez la colocación de 40 nuevos letreros para advertir el peligro de derrumbe tanto en las playas del norte como las del sur. Estos serían instalados durante los próximos días en las barrancas del Barrio Félix Camet, el playón de barrancos, los balnearios 00 y 01 de Parque Camet, el balneario Danilo, el Surf Club y Balneario Sun Rider, Playa Serena, San Carlos, San Patricio, Los Acantilados y El Marquesado.
En un diálogo informal con este diario, Javier Perazzo reconoció ayer encontrarse en contacto con concejales marplatenses para reunir información sobre “lo que se está haciendo y lo que falta por hacer”.
