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Las motos y el descontrol volvieron a adueñarse de la noche en la Ciudad

Frente a las mesas de café o de restoranes, frente a las ventanas de hogares en los que se busca descansar o a metros de la cama de personas convalecientes en una clínica. El ruido infernal de las aceleradas y “cortes”, los parlantes con el volumen a todo lo que da y hasta un partido de fútbol en la calle, regado de alcohol, fueron una especie de exhibición del descontrol de madrugada en varios puntos del casco céntrico. En casos, todo eso, a metros de patrulleros de la Policía y la Municipalidad, según las denuncias de frentistas que imploran, cada noche, por un poco de paz.

La noche volvió a ser zona de penurias en vecindarios que unas horas antes habían sido puestos otra vez en el mapa del ruido durante una asamblea “interbarrial” que se desarrolló en 2 y 51, en el final de la tarde del viernes.

Justamente a metros del Ministerio de Seguridad de la Provincia, frente al Instituto Médico Platense y a una clínica neuropsiquiátrica alrededor de la 1.30 se relató una particular escena. “Un utilitario estacionó y abrió puerta trasera. Tenía parlantes enormes y música terriblemente fuerte”, dijo Karina, vecina de la zona. Entonces, comenzaron a llamar al 147 Municipal y aparecieron dos patrullas, contó. Tras un intercambio con inspectores, la camioneta apagó la música y se fue. En ese momento había motos sobre la plaza “corriendo, dando vueltas en círculo” y “se fueron al rato que llegaron las patrullas”, apuntó la mujer. La calma volvió hasta las cinco o seis de la mañana, cuando las explosiones de motores hicieron saltar de la cama en algunas casas y departamentos.

Conurbano

En la zona junto a la Plaza Rivadavia buscan respuesta a un problema de varios años e impacto creciente. “Es cada vez peor. Increíblemente se superan. Se convocan por redes sociales. Vienen de La Plata y el Gran Buenos Aires”, dijo la vecina y detalló sobre puntos como Berazategui y Florencio Varela.

A esa hora también, había ruido ensordecedor en diagonal 74 y 47, Decenas de motoqueros hacían ruido en la zona de bares. Todo, a unos 15 metros de una camioneta de la Policía. “Si bien están siempre, parece que la presencia de la camioneta policial los motivó a seguir haciendo quilombo. Claramente los desafiaban”, manifestó un testigo.

También hubo desafío en Plaza Malvinas, frente a la sede de Control Urbano: “Una noche para el olvido. Los autos pasaban con parlantes a todo volumen delante del operativo. Las motos lo mismo. La plaza un caos. A las 4, levantaron el operativo y un grupo de barrabravas que estaban peloteando y aullando siguieron así hasta pasadas las 7”, lamentó Gladys.