Inicio Argentina Los chicos se hicieron grandes y consiguieron un soberbio triunfo

Los chicos se hicieron grandes y consiguieron un soberbio triunfo

Y un día Boca dejó de ser el puntero en el fútbol argentino. Después de 616 días (casualmente era propiedad de Estudiantes hasta su derrota en Banfield), ayer en la cancha de Quilmes los chicos del Pincha jugaron mejor que el Xeneize, tuvieron más orden, más corazón y astucia. Esos pibes, algunos todavía con granitos en su cara, ganaron 2-0 y, además de dar el batacazo de la fecha, le pegaron flor de trompada al plantel más cotizado de Argentina. Un triunfo similar al conseguido hace tres semanas ante Gremio, por la envergadura del rival, que le sirve para olvidarse del mal paso en Mendoza y para tomar confianza antes de viajar a Porto Alegre para jugar la revancha de los Octavos de la copa Libertadores.

Estudiantes fue paciente y llevó el juego al terreno que más le servía. Todo mérito propio

Ganó el Pincha porque supo llevar el partido al terreno que más le convenía, porque aprovechó sus jugadas en el área rival y porque supo observar en el primer tiempo y animarse en el complemento. Fue, a pesar de la poca experiencia de la mayoría de sus jugadores, más inteligente que su rival.

En el primer tiempo Estudiantes no tuvo una sola situación de riesgo. Luchó y metió en la mitad de cancha, pero le costó manejar la pelota en ofensiva. Lucas Rodríguez, Fernando Zuqui y Matías Pellegrini no se encontraron y salvo con algún remate desde lejos o con la pelota parada no pudieron tocarle el timbre al arco de Andrada.

Del otro lado Boca tampoco fue una maravilla. Por decisión de Guillermo no tuvo un 9 referencial y apostó por alguna jugada combinada entre Cristian Pavón y Mauro Zárate. Tocaron, rotaron e intentaron ingresar al área por la izquierda de la defensa albirroja. Pero le faltó convicción y eso fue letal en la cosecha final. En el borrador albirrojo estará corregir errores en cada pelota parada en contra, ya sufrió en otros partidos.

La jugada más clara estuvo en la cabeza de Emanuel Más, quien por el segundo palo casi sorprende a Mariano Andújar. Esa situación estuvo por encima en el grado de riesgo que la aparición de Nandez y Pavón por derecha, que remataron desviado.

Fue un primer tiempo de bajo relieve, jugado a la manera que quiso Estudiantes, con mucha presión y segunda pelota caliente. Eso generó más de un cruce de jugadores y alguna pierna más fuerte de lo permitido, como la de Francisco Apaolaza (debió ser expulsado) y Nahitan Nandez. Un 0-0 acorde al partido, pero con un equipo más preparado para jugar así que el otro.

En la parte final Estudiantes se mostró más decidido. A pesar de la salida de Facundo Sánchez y el ingreso de Fabián Noguera en su lugar (un central sin experiencia como número “4”), se acomodó mejor. Crecieron Pellegrini y Zuqui en el armado del juego. Y así, con empuje empezó a mostrar sus dientes.

A los 5 minutos Lucas Rodríguez avisó con un remate desde afuera del área y seis minutos después Noguera hizo revolcar al arquero para desviarla al córner. De ese tiro de esquina llegó el primer gol. Ejecutó Zuqui, la peinó Pablo Lugüercio en el primer palo (con la fórmula de Osvaldo Zubeldía) y el ex defensor de Banfield y Santos apareció por el centro del área chica para romperle el arco a Andrada.

El gol le dio un tremendo impulso al Pincha, que se agrandó como harina en el agua. De repente ese tanto hizo un click y en la cancha pareció que nadie, ni el PSG de Mbappé iba a poder arrebatarle esa ventaja. Así fue nomás.

Boca tiró lo mejor a la cancha. Adentro Villa y Wanchope. Con nerviosismo y sabiéndose incómodos en la cancha, los volantes intentaron empezar a manejar la pelota. Pero tres jugadores se lo impidieron: Zuqui, Iván Gómez y Gastón Campi. Fueron tres leones que acompañaron a otro león, recién nacido pero con garras filosas como Matías Pellegrini. El pibe buscó el rebote de Apaolaza, dejó parados a Magallán y Goltz (debió haberse ido expulsado a poco de comenzado el complemento) y definió ante la salida de Andrada. Gol a falta de 15 minutos que le puso el moño al partido.

Cuando Boca se despertó aparecieron Campi, Zuqui, Andújar e Iván Gómez

Boca buscó abriendo la cancha, con pelotazos, de prepo… Pero no pudo nunca. Los chicos de Estudiantes jugaron con una intensidad que hizo despertar a la tribuna en buena parte del partido. Después de varios ciclos insípidos en cuanto al juego, esta vez los hinchas se sienten identificados. Celebran la entrega, la marca, las jugadas preparadas y algunos lujos. Y están celebrando triunfos como el de ayer, importante para llegar bien parado al tramo inmediato en la Superliga. Tiene presente y también futuro. Los chicos se hicieron grandes.