los magistrados, al leer el veredicto contra la vicepresidenta
Varias cuestiones unen a Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso, los tres jueces del Tribunal Oral Federal 2 que ayer, en la decisión judicial más importante de sus carreras, condenaron a Cristina Kirchner en la causa Vialidad. Los tres comenzaron de jóvenes en tribunales pero en distintos ámbitos hasta que confluyeron en Comodoro Py y también los tres fueron designados como jueces federales por la expresidenta a la que ayer les tocó sentenciar.
A todos, desde diciembre de 2019, cuando empezó el juicio que ayer terminó en condena, les tocó ser sometidos a “presiones”. La avanzada K habría incluido a recusaciones, pinchaduras de teléfonos, campañas mediáticas y hasta amenazas, según denunciaron los propios magistrados.
Entre ellos, uno comenzó su carrera judicial en los tribunales federales de La Plata: Basso, quien se graduó en la UNLP, después trabajó en los juzgados de Lomas de Zamora y desde 2015 es juez en Comodoro Py. Es docente en la Escuela Judicial del Consejo de la Magistratura de la Nación. Como dato de color, Basso es de Estudiantes de La Plata, se define como “bilardista” y juega al fútbol en el equipo “Arquitectos” del Colegio de Abogados de La Plata.
Entre las sentencias que dictó Basso están la absolución del ex reducidor de autos robados Carlos Telleldín en el segundo juicio por el atentado a la AMIA y la condena al extitular de la AFIP Echegaray en el caso de Oil Combustibles. En ese juicio, votó en soledad por condenar también a los empresarios Fabián De Sousa y Cristóbal López, absueltos por mayoría.
Giménez Uriburu entró a Tribunales como empleado meritorio de un juzgado de Instrucción, mientras estudiaba Derecho en la Universidad Católica Argentina (UCA). Cinco años después, pasó a Comodoro Py como relator de un tribunal oral. Durante un tiempo trabajó en 1999 en el juzgado de Juan José Galeano para la elevación a juicio del caso AMIA.
Entre las causas claves que tuvo está la tragedia de Once.
Giménez Uriburu fue uno de los apuntados por la defensa de Cristina que lo recusó por compartir equipo de fútbol con el fiscal del caso Vialidad, Diego Luciani, y jugar con él un torneo en la cancha de la quinta Los Abrojos, propiedad de Mauricio Macri. Giménez Uriburu aclaró que desde 2007 -cuando recibió esta causa- ya no jugaba ese torneo y que nunca había compartido un partido con Macri. En septiembre, denunció que le habían hackeado su teléfono celular.
En tanto, Gorini empezó su carrera en la justicia de instrucción. Después, fue defensor oficial en la justicia porteña y en 2005 ganó el concurso para ser juez penal de primera instancia, pero estuvo pocos meses en ese cargo porque fue nombrado subrogante en un tribunal oral de Comodoro Py. Hasta que ganó un concurso e integró la terna de la que Cristina lo eligió y mandó al Senado en 2015.
